viernes, 18 de diciembre de 2009

Respuesta a "La grandeza nacional".

A continuación expongo mi comentario en la entrada "La grandeza nacional" del blog de dña Rosa María Artal "El Periscopio".


Una vez más, dña. Rosa, no deja títere con cabeza en su análisis de la actualidad, caso por caso.

Aminetu Haidar: Marruecos es un país subdesarrollado, y como tal no hacía falta andarse con mandangas: amenaza directa y abierta a la casa real marroquí de que, o deja en paz a los saharauis y permite la vuelta de doña Aminetu, o se les hace caer desde dentro, tirando la estructura corrupta sobre la que se sostiene. ¿Métodos? Hay muchos, pero los más lógicos y funcionales suelen ser bloquear sus cuentas y apoyar a la oposición con dinero y cobertura en medios de comunicación. Manipulación clásica colonialista de toda la vida. Si eso no funciona, presionar a las numerosas empresas que tienen intereses allí de que se vayan. Si éstas no quieren irse por razones económicas, gananciales, cercanía de materias primas, etc., se les advierte del inminente caos en que se sumergirá el país, verse abandonadas allí a su suerte si no presionan por sus propios medios a los gerifaltes marroquíes. PUNTO.

¿Es cuestionable este comportamiento? Puede ser. Pero recordemos quién hay al otro lado de la mesa: una jerarquía corrupta, minoritaria, inculta, manipuladora, caciquil, bestial, tercermundista, que genera malestar entre su gente, sin ocuparse de sus necesidades más básicas, injusta y totalitaria. Y con esta gente, ni consideraciones diplomáticas ni gaitas: amenaza directa y rotunda.

¿Que esto puede ser el disparo de salida de nuevas Aminetus a lo largo y lo ancho del mundo? Perfecto. Allá donde surjan problemas con minorías, amenazas de genocidio, conflictos territoriales, etc., ir allí con el rol "poli bueno/poli malo": Arreglad vuestras diferencias de manera pacífica en un plazo determinado inexcusable, y no nos obliguéis a acudir, que será muchísimo peor (para los dirigentes, no para el pueblo). Con prepotencia y sin rodeos. Independientemente del signo político del gobierno local: esas cúpulas corruptas siempre se dejarán guiar por su olfato, mirando por sus intereses. Pinten bastos o copas de cara al exterior.

Prestigio internacional de España: si es cuestión de imagen, lo siento pero a mí personalmente me importa un bledo. Un país es muchísimo más que una marca de publicidad, un reducto de privilegios, un producto a la venta. Por mucho que les duela a mucha gente que negocia con esto y basan sus ganancias en porcentajes de prestigio, lo que realmente me importa a mí es lo que puedo aportar como componente anónimo de ese país, en esfuerzo, dedicación y confianza. De momento no voy mal: mantengo mi empleo, pago mis impuestos, opino y participo en debates... pero siento que podría hacer algo más.

Prohibido fumar: aquí debo reprochar a los propios fumadores su dejadez social. ¿Cómo han podido permitir que unas cuantas empresas manipulen ese producto hasta el punto de convertirlo en una puñetera mier*a? El tabaco puro, el que se lleva en petaca y se fuma en pipa, o en canutos (por favor, nada de dobles lecturas), o incluso algunos puros, son agradables de oler cuando se queman, crean ambientes agradables si se usan y disfrutan con mesura. Pero no, os habéis dejado influir hasta el punto de consumir algo que no tiene nada que ver con lo que se fumaba en tiempos. Tengo por ahí la pipa que usaba mi abuelo, y todavía conserva el olor acre y agradable del tabaco de toda la vida.

Fiesta nacional. Los toros. Bien. Me llama la atención que se denoste algo así, y sin embargo los encierros de San Fermín sea una fiesta de renombre internacional. ¿Qué demonios tiene una cosa que no tenga la otra? Pero en fin.

No voy a los toros y nunca iré. Tampoco suelo presenciar corridas en tv. Tampoco me apresto a correr en fiestas de vaquillas. Pero no niego la belleza que desprende un toro bravo de casta. El valor que tienen los que se ponen delante de él, en una medición mutua sin adulterar... No renegaré de su estampa, la discreta y elegante publicidad de Osborne.

Aquí siento como si invadiéramos terrenos ajenos: si no gusta algo, no se mira ni se participa, y en paz. No prohibir por sistema. Salvando las distancias, me recuerda a la tristemente célebre Ley Seca.

Los que mencionan la "crueldad", deben pensar lo mismo en cuando comen carne. Cierren los ojos y no miren. Ojos que no ven, corazón que no siente.

Y por ahora ya vale. Bof, que aquilatar mis participaciones me cuesta lo mío...


Actualizado a sábado, 19 de diciembre, 12:30

Sr. Florián Yubero: ni busco el poder ni lo busco para nadie ni quiero que gobierne gente que no apruebe la mayor parte de mis conciudadanos: esencia de la democracia.

Dicha esencia no existe en Marruecos. Otorgar a su clase dirigente una legitimidad que ni siquiera se molestan en fingir sólo la hace más fuerte. Es un error tratarlo de igual a igual en asuntos diplomáticos. De ahí mi anterior comentario. El día que en Marruecos se respeten los derechos humanos, haya una distribución justa y equitativa de la riqueza, atención sanitaria y educación públicas, al alcance de todos sus ciudadanos, y a éstos se les permita el derecho a debatir sus asuntos sin censuras, amenazas ni trabas, ese día tendrán la requerida legitimidad para tratar con mi país. Entre otras cosas, porque ya no surgirán más Aminetus.

Entre tanto, leña al mono que es de goma. Si no se molestan en mejorar las condiciones de vida de su gente (y han tenido mucho tiempo y ocasiones), para mí seguirán siendo caciques de tribu sobredimensionados que todavía ejercen abiertamente el derecho de pernada. No tengo porqué soportar una y otra vez sus desatinos corruptos si éstos causan, entre otras consecuencias, una emigración masiva, descontrolada y constante que viene a provocarme a mí personalmente unas cuantas molestias por mera proximidad geográfica.

¿Encima de atender a esta gente, por razones humanitarias básicas, tengo que soportar que provoquen una situación cuyas consecuencias han llevado a doña Aminetu Haidar a ese estado? No, señor.

2 comentarios:

  1. Bueno, he de decir que antes he tenido que leer el artículo al que respondías, para entender a qué hacías referencia en tu comentario.
    Sobre tu aportación, creo que ha sido correcta en cuanto respondes a muchos de los temas que la autora del post plantea.
    Pero no estoy de acuerdo en todas tus afirmaciones. Y no quiero decir que no tengas razón, solamente que yo lo veo de otra manera.
    Del caso de Aminatu no puedo hablar porque no estoy bien informada. Creo que era un caso que se tenía que resolver por la vía diplomática y, aunque no se ha resuelto a gusto de todos, se ha resuelto. Quizás se deba castigar a países que gobiernan mal y tiranamente, sí, de acuerdo, pero no a costa de las Aminatus del mundo.
    El prestigio nacional....es un tema que tampoco me preocupa mucho. Quiero pensar que en el mundo hay gente inteligente y de a pie,y que no catalogan a todas las gentes de un país por igual.
    El tabaco....qué decir si soy fumadora? Es un vicio, que engancha hasta la médula, y que al Estado le conviene económicamente.
    Tras varias subidas de precio, muchos fumadores optamos por pasarnos al tabaco picado, que además de algo más sano (nada sano es fumar, pero el tabaco picado tiene menos aditivos artificiales) resultaba bastante más rentable económicamente. El Estado, que tanto se preocupa por nuestra salud no iba a permitirse tales pérdidas; resultado: el tabaco picado subió casi un 200%.
    Me resulta penoso, doloroso, injusto, hipócrita y me enerva los nervios conocer que existen elementos gratuitos y subvencionados por todos nosotros para ayudar a drogadictos a su deshabituación. Y en el caso del tabaco, para mí una droga tambíén, existen pocos elementos y hasta los más básicos han de ser financiados por el fumador.
    Los toros. No, no lo considero una fiesta ni puedo respetarlo.En el toreo, el animal es torturado, cruelmente. Parece ser que incluso ya antes de salir al ruedo son inyectados con no sé qué medicamento que les hace perder bravura.
    Y no puedo estar contigo en cuanto a lo de comer carne. Generalmente, los pollos que me como creo que no han sido previamente vapuleados, pinchados en las vértebras hasta desangrarse y finalmente asesinados con una espadazo certero. Creo que no es lo mismo, en serio; no existe crueldad ni tortura.
    Y en fin, no quiero extenderme mucho más. Espero que la gente se anime y que esto genere debate.
    Un abrazo.

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  2. Gracias por tu intervención, Belkis. Y sí, espero más opiniones que me refrenden en la mía, o que me hagan recapacitar (con buenas razones).

    Un beso.

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