martes, 6 de abril de 2010

Esvavid. - Estrella variable de la vida.

Llevo algunos días pensando en esta nueva etiqueta que hoy estreno. Al final me he decidido llamarla así: Esvavid, siguiendo la moda de las siglas o los acrósticos.

La imagen que más insiste entre las que las que tengo en mente es... una estrella geométrica, tipo pentagrama (cinco puntas), estrella de David (seis puntas), de siete puntas, o de ocho puntas (dos cuadrados)...

Luego, a esa figura plana de número variable de puntas le otorgo una proyección, que será su tercera dimensión, que corresponderá al tiempo. Es decir, que cada día esa estrella avanza, o crece, como originando una columna estriada tras de sí. El origen de esa estrella es mi nacimiento.

Cada punta representa un campo inherente a mí, como ser humano: en un principio, había pensado sólo en los tres típicos de la expresión "salud, dinero y amor", formando un triángulo. Pero profundizando más, me dije que eso sería demasiado simple. Quizás la "Esvavid" parta de dicho triángulo, pero cada punta tiene a su vez más puntas: familia involuntaria, familia voluntaria (pareja e hijos), amistad, hogar, seguridad, imaginación o fantasía, alegría, empatía, decisión, valor, suerte, riqueza disponible, riqueza futura (o perspectivas), relaciones sociales, relaciones íntimas, salud física, salud mental, salud sensorial, capacidad de sufrimiento, determinación, nobleza, bondad, fuerza... En fin, muchas puntas que pueden depender unas de otras, o ser completamente independientes entre sí.

La robustez de dichas puntas, o su raquitismo, irá en proporción directa con el desarrollo de dichos campos. Se puede tener una familia involuntaria inexistente (hijo único y huérfano desarraigado), pero disponer de mucha riqueza disponible y futura, así como una salud física frágil y endeble y una salud mental de hierro, una pareja maravillosa pero estéril, venirse abajo en una pelea conyugal y ser una máquina imparable en la empresa; disfrutar como el que más de la pesca, pero aborrecer los deportes de competición; que toque la lotería pero ser tuerto y sufrir de sordera parcial, etc.

Cada punta varía con el paso del tiempo. Lo que ayer era una robusta punta en la seguridad laboral, hoy puede ser cercenada brutalmente. Lo que un año atrás era una familia feliz, dentro de un año puede quedar en un solo superviviente y sufrir una soledad coral. Lo que dos meses atrás son millones y millones de € a su disposición, mañana puede verse en la cárcel...

Así, la columna que deja esa estrella en su devenir diario, tiene unas estrías siempre cambiantes. Para facilitar su visión, otorgo diferentes colores al desarrollo de las puntas, y por ende, las estrias que va originando: rojo inflamado para su hiperactividad, verde para satisfación personal, azul para un menguante y resignado declive y gris o negro en el hueco de la falta o subdesarrollo de dicha estría... El blanco lo reservo para su nacimiento.

Además, la Esvavid gira muy muy despacio sobre sí misma. Por cuestiones de equilibrio, de resistencia física, debe girar para avanzar lo más recto posible...

Además, pensándolo más detenidamente aún, englobaría aquí mis pasados posts "Memoria emocional" y "Un tanque con patas", ambos sobre mí mismo, sendas puntas de mi "Esvavid".

Y... ¿a qué viene toda esta elaborada metáfora?, os preguntaréis. Pues por no abusar de otra metáfora, muy sobada, casi un tópico: el vaso colmado, la gota que colma el vaso, el agotamiento de un determinado aspecto vital... y su necesidad de expresión.

En efecto: hoy estoy muy sensible. Miro atrás en mi "Esvavid", y la punta del cariño sexual y físico en pareja ya lleva mucho hueco negro y podrido tras de sí; una larga y profunda cuenca de la que he perdido de vista cuándo llegó siquiera a emerger un trazo gris... La alegría y la madurez que se derivan de esa necesidad están al rojo vivo, pero siempre entre rejas. Y hoy supura...

Quiero abrazos. Quiero sentir una respiración ajena en mi piel. Quiero roces y arañazos. Quiero oír una voz femenina musitando mi nombre y a continuación un "me gustas", "me encantas"... o ya puestos a pedir lo imposible, "te quiero"... Quiero que un perfume femenino me envuelva. Quiero transmitir mi calor corporal a esa mujer... Quiero adorar y sentirme querido...

POR FAVOR, CONTESTARME DE UNA PUÑETERA VEZ. QUE ALGUIEN ME DIGA QUE NO ESTOY SOLO...

Sin más...

1 comentario:

  1. Gracias por vuestra participación y empatía, releches :-( Nótese la diferencia de fechas de publicación del post y de este puñetero comentario /modo ironía off.

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