sábado, 12 de febrero de 2011

La muñeca de silicona (2)

-¡Arturo!

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-…

-Arturo, mírame…

-¡¿?!

-No te asustes, tranquilo… sé que intentas responder, pero no puedes hablar. Estás durmiendo, esto es un sueño, me he aparecido a tí en sueños y te estoy hablando en sueños…. Soy tu… bueno, a falta de una definición mejor, soy tu hada madrina. Y me he decidido a aparecer ahora por ese gran paso que has dado al adquirir a… ejem… a Dorotea. Nunca pensé que serías capaz de darlo, pero cuando has mandado el pago, has recibido a Dorotea en tu domicilio y he visto cómo te portas con ella, he decidido intervenir… ¿qué, qué te pasa…? ¿porqué te quedas así, como alucinado…? Ooh, entiendo, lo dices por mi aspecto… bueno, es lógico, ¿no…? Si la mujer que más te cautiva ahora es Maria, es lógico que me dotes de sus atributos, su dulzura, su cara, su voz y sus maneras… La verdad es que, antaño, cuando te decidiste a llamarla para quedar con ella por primera vez, también intervine, sólo que muy disimuladamente… Bueno, ¿por dónde íbamos…? Ah, si, Dorotea… Bueno, mira, Arturo, vistas tus necesidades y tu actitud, he decidido concederte una oportunidad… ¿qué…? No, ahora estamos con Dorotea… ¡no, oye, que me distraigo mucho…! Está bien, está bien, ¿qué quieres saber ahora…? ¿Maria…? Sí, ¿qué pasa con ella…? ¿que qué hice para ponerte en contacto con ella, si no notaste nada? Es que tuve especial cuidado en que fuera así, ¿sabes? Y además, tampoco fue nada del otro mundo: simplemente le dí un toque con mi varita mágica a tu corazón en cuanto abriste por primera vez su blog, de manera que te picase la curiosidad, te quedaras con su enlace y lo leyeras atentamente de cabo a rabo, y cuando llegó el momento de llamarla, te dí otro toque, para vencer tus dudas y que te lanzaras… Es una buena mujer, y de todas aquellas que están dentro de tus posibilidades, he decidido que era la mejor para tí… Aunque debo admitir que también soy un poco egoísta, porque envidiaba su físico y sus otros atributos, y que tú me invistas de ellos ahora, me da para presumir un poquito… ¿qué le vamos a hacer? soy así de coqueta. Bueno, volviendo a Dorotea, voy a darte la oportunidad de una elección presentada a tu medida: mañana por la mañana irás al supermercado, y cuando vayas a la cola en el cajero, delante de tí estará una chica atractiva y normalita, de ésas que piensas por reflejo que no te mereces. Le pasarán el género por el lector, pagará y se irá. Pero se dejará un bote de tomate entre las bolsas vacías, al final de la rampa de recogida. Cuando empaques tu compra, te darás cuenta de ello, la mirarás sólo un instante  antes de desaparecer en la puerta, y será entonces cuando tomes la decisión: ¿irás tras ella corriendo para darle la lata de tomate e iniciar así una conversación con algunas probabilidades de llegar a algo, o te quedarás con el bote sin más…? ¿mmmm…? Bueno, y ahora te dejo para que te despiertes y te desahogues de esa erección tan deliciosa que te ha provocado mi aspecto… No recordarás nada de lo que te he dicho, pero sí te quedará una leve inquietud, que espero sepas resolver en cuanto se te presente la elección…

(Sé que dije en su momento que la primera parte era única y que no había más, pero me dije… ¿porqué no rematar con este añadido a lo “Cenicienta”, y de paso rendir un humilde homenaje a María, la de los secretos? Como hace tanto tiempo que no escribo ninguna entrada sobre ella…)

(Ah, y posiblemente haya una tercera parte, se me está ocurriendo en estos momentos, pero debo dejar que tome forma, además de leer y disfrutar de vuestras respuestas ;-) … si tenéis a bien escribirlas, por supuesto… Por si acaso, recuerdo que la muñeca, la tal Dorotea, no existe, como manifesté en su  momento, es sólo el punto de partida de esta fantasía)

8 comentarios:

  1. no te quedes la lata de tomate, ve a por la chica, corre ¡¡¡

    (si yo fuese la chica del super me encantaria q él fuese tras de mi)

    un abrazo arturo.

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  2. Hola, Mara...

    Gracias por tus animosas palabras... no puedo decir más sin destripar la tercera y última parte...

    y, por cierto, a mí también me encantaría que una clienta espontánea, o la propia cajera, corrieran tras de mí para devolverme un artículo que me habría dejado... ;-)

    Abrazos para tí.

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  3. Sí, corre, corre, y después abrid la lata juntos para comer a medias unos spaghettis con salsa de tomate, y jugad a compartir cada fideo largo, y besaros, y pringaos, y follad, y volved a follad, y luego...
    Creo que me he dejado llevar ;)

    Un besito!

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  4. XD XD XD Jo, Blogboreta... se supone que las mujeres tendríais que ser más... no sé, comedidas, mesuradas, haceros más de rogar... XD XD XD

    Dos besonazos maños para tí...

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  5. El bote de tomate? ah si, uffff ya no recordaba esa parte, jopetas!! esta Maria, mira que me siento princesa a tu lado mi salamandron!! Con el tomate?.......con el tomate te hare engullirlo para..........bueno, esa leccion me la enseñaste tu y sabes que soy una dama, asi que mejor lo dejo en el aire. Tengo celos de Dorotea.
    maria

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  6. Eh... um... Maria, no puedes tener celos de Dorotea, porque mi hada madrina se ha apoderado en mis sueños de tu físico... er...

    En fin, muchos besos y abrazos...

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  7. ¿Quién dijo esa tontería de que "nunca segundas partes fueron buenas"?
    Genial esta segunda entrega...esperaré a la tercera.
    La mejor solución, sin lugar a dudas, la que plantea Blogboreta.

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  8. Gracias por tu aprecio, Belkis. Y eso que no tenía intención de escribirla, pero, mira, a veces es bueno saltarse las objeciones, propias y ajenas, y sorprender con algo así. Y más si se está seguro de salir airoso.

    No digo nada de cómo será la "solución", que se rompe la tensión. Sí afirmo, sin embargo, que se "ajustará" a mis circunstancias... ;-)

    Besos y abrazos.

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