Mostrando entradas con la etiqueta Vitalidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Vitalidad. Mostrar todas las entradas

sábado, 20 de mayo de 2017

Me recuerda mucho a alguien…

Esta imagen de la bellísima Mónica Bellucci, sacada de aquí, que he recién visto me recuerda mucho a…

… no sé muy bien a quién… arisca, tímida, delicada, altiva, vulnerable, fuerte (muy muy fuerte, de fortaleza interior arrolladora, tanto que me he visto empujado a escribir esta entrada sin pensármelo mucho)…

martes, 23 de agosto de 2016

Siempre serán los otros.

Cuando pienso en la implacable degradación del entorno de vida, me vienen a la cabeza las duras condiciones de los obreros y campesinos durante la revolución industrial, una de las etapas más crueles y oscuras de la Historia moderna europea. Y me personifico ahí, y pienso en qué demonios debían sentir esas personas, esos seres sin alma, para seguir adelante, qué tipo de esperanza les llevaba a levantarse cada día y ponerse, por un salario de miseria, ante la máquina o tarea que les acompañaría las siguientes 12 o 14 horas, un día, y otro, y otro, y otro, durante semanas, meses y años, los anhelos y sueños que les motivaban y perseguirían...

Y porqué no se suicidaban cuando éstos no se cumplían por mucho que lo intentaran.

Quizá sí lo hacían, y de forma habitual. Probablemente fuera un fenómeno de masas. Pero la ceguera social que siempre acompaña a los tabúes impediría que llevaran registros, o se tergiversara su lectura estadística, por ejemplo accidentes o enfermedades derivadas de dichas tareas que se los llevaban a puñados, o se comentara entre círculos sociales, principalmente tabernas, aunque fuera de pasada, porque todos presentían a dónde llevaría aquello, de profundizar demasiado, aunque fuera bajo los efectos del alcohol trasegado diariamente en grandes cantidades. Los del mismo estrato social, por sentir que aquella salida debía atenazarles como la única que les quedaba (a los acomodados ni siquiera los contemplo aquí). Supongo que eludían el pensamiento diciendo que siempre serán los otros. Los otros los que caerían, los otros los que se irían, los otros los que no serían capaces, los otros los que sufrirían las consecuencias, los otros los que enfermarían. No ellos ni sus seres queridos. Si es que los tenían. Aquélla no era época donde los amores filiales brillaran por su abundancia y calidad. Si es que algo podía brillar entre tanta mugre, tanto barro, tanto humo y niebla característicos de la sociedad victoriana de entonces.

Siempre eran los otros.

Y la sociedad actual, del siglo XXI, tiende a eso. La sobreexplotación laboral, la escasez de dinero disponible, la corrupción e injusticia generalizados a todos los niveles, la precarización y la temporalidad del trabajo... La globalización con el sureste asiático, hispanoamérica, los países árabes que toleran la presencia de empresas de producción intensiva en condiciones infrahumanas, cuyas plantillas de taller conforman el estrato social equivalente al de Europa en la revolución industrial, y que ahora se propaga como una plaga, incendiando todo avance conseguido con no poco sacrificio pasado... Mientras, y también como antaño, unos cuantos potentados lo son más aún, acaparan todo recurso e influencia, hacen negocios miserables con la desesperación de la gente, mucha de la cual se resigna como la gran masa de finales del siglo XIX. La diferencia de aquélla a ahora es que a medio plazo se proponían modelos sociales alternativos que se llevaban a cabo con mejor o peor fortuna. Ahora se ha visto a dónde conducen, la perversión que conlleva si se usan mal o se cometen y consienten abusos, y la resignación es aún mayor, si cabe.

Siempre serán los otros.

Y ahora soy uno de ellos.

Estoy a las puertas del suicidio. Hace seis años que no trabajo, mis ahorros se han agotado, por primera vez en mi vida no voy a llegar a fin de mes, la hipoteca me atenaza, mi nevera y despensa están vacías, he perdido por completo la forma física, y no veo salida digna a esto.

Conforme pasan los días, y según me da, pienso en diferentes métodos. Hace semanas pensaba en encerrarme en mi coche con una manguera en el tubo de escape, atiborrándome previamente de una sobredosis de ansiolíticos para anular cualquier reflejo de supervivencia. Nunca lo he llevado a cabo, pero está ahí. Últimamente pienso en coger un cuchillo y tumbarme sobre él en la cama. Y esto sí lo he probado, dos veces ya, pero siempre me echo a un lado, derrotado y hecho un guiñapo.

"Cobarde" me digo, hundiéndome aún más. Pasan los minutos, me levanto en modo automático, guardo el cuchillo... y sigo haciendo cosas diarias.

Esta mañana me he despertado de madrugada y, completamente planchado, he probado a contener la respiración. Ha sido lo más lejos que he llegado, pero al final la vida se ha impuesto, pese a lo negra que pinta.

Busqué en Google métodos caseros de suicidio indoloros, y me sale el puñetero e hipócrita teléfono de la esperanza. He estado en la delegación de esa organización de mi ciudad, y no me sentí nada bien atendido. Basta con no incluir la palabra suicidio y derivados en la búsqueda.

A modo de detalle al margen, encontré por ahí un esquema, el modelo de Kübler-Ross,


en donde me podía ver identificado (como podría verme en cualquier mapa, estado o sitio, por ejemplo comida para buitres en el ciclo de la materia orgánica), y supongo que esta entrada y la anterior vendrían a incluirse en la etapa de "Negociación". Una negociación con algo o alguien invisible pero implacable... Pero cuando se acaba el dinero, no hay negociación que valga.

También influye la sensación de no tener nada que perder.

Esto se acaba. Seguiré escribiendo aquí en tanto tenga ganas, motivos y entereza suficientes como para ordenar mis pensamientos y conclusiones. Y si consigo medios para seguir con mi vida. Pero si algún día no contesto, o dejo de escribir, aquí dejo constancia del porqué.

jueves, 12 de mayo de 2016

De olvidarte, ni hablar.

¿De verdad crees que así me olvidaré de ti?

Respondiendo desabridamente a mi última intervención contigo, cuando sólo quería saber de ti tomando un refresco en una terraza.

Bloqueándome en tus redes sociales, cuando el tiempo que media entre un comentario mío y el siguiente suelen ser meses. Sólo te buscaba muy de vez en cuando y miraba tu muro. Ahora me has quitado eso.

Cuando hace años que no te molesto ni por teléfono ni por email. Pensaba hacerlo, pero mi reciente acceso a esos medios y tu visceral hachazo ha sido un mensaje inconfundible.

Diciéndome que me olvide de ti, cuando los mejores recuerdos mutuos que tengo son muchos, son sublimes, llenos de ternura. Cuando todo lo que me comentabas de tu vida iba a parar a los rincones más selectos, para preguntarte por ello después, comprobando que la energía con la que te enfrentas a ellas no disminuye, y tener presente la fuerza que albergas, la clase de mujer que eres, la vitalidad que destilas...

Mi primer impulso, pasado el dolor y la perplejidad, fue de ira. Pero recordé la niña mimada, calculadora y asustada que eres por dentro, y todo eso se me pasó por ensalmo.

Me importan un bledo tus prejuicios, que al final se han revelado más fuertes que el posible aprecio que me pudieras tener: el camino que hemos recorrido juntos, aunque breve y esporádico, fue intenso e inolvidable para mí, con sus más y sus menos.

Y por más que me machaques, por más que me exijas que me olvide de ti, que no me refiera jamás ni hable de ti en el futuro por estos sitios, a esto sí que diré que NO.

Y no podrás hacer nada contra eso. En otras cosas dudaré, cederé, caeré, fallaré, me bloquearé, sufriré, pero en esto no. Para mí serás mi musa, y me referiré a ti en mis cuentos como una reina, una guerrera, un hada, una sirena, una dama de hielo, una diablesa, una alta ejecutiva, una dómina, una sumisa, un súcubo, un alma solitaria y sensible en un atractivo cuerpo femenino que deambula por un mundo frío y duro... Serás lo que a mí me dé la gana. Los rasgos faciales de esos personajes femeninos tendrán los tuyos, sus miradas intensas y directas serán las tuyas, sus manos serán las tuyas, sus muslos, su voz, sus caderas, sus andares, su pecho, sus gestos... todo, todo saldrá del recuerdo dorado e indeleble que tengo de ti.

Hasta que el tiempo haga lo que suele hacer, y vaya desdibujando poco a poco tus contornos y tu silueta en mis recuerdos.

Lo único, aislar esos bellos recuerdos de tus furibundos ataques. Y ahora me lo has dejado más fácil, con tu bloqueo, porque presupongo que nunca más sabré de ti.



miércoles, 30 de diciembre de 2015

Cafetera rota.

Un día la cafetera dejó de funcionar. En silencio, a la chita callando. Echo el agua, pongo la mezcla prensada en la cazoleta, coloco la taza, activo el aparato, se enciende el piloto y me dedico a otras cosas. Pero pasa el tiempo, pasa el tiempo y no se oye el típico silbido, ni se extiende el intenso olor del café recién hecho.

Lo apago, lo enciendo y nada.

Resignación. Quizá no sea nada, quizá tenga arreglo…

La desmonto, miro lo que hay que mirar, y tras unas mediciones, decido que no tiene arreglo.



El problema está en la resistencia calefactora que calienta el agua y que está “dentro” de la pieza de aluminio fundido que es todo el recipiente, atornillado a la espita también de aluminio fundido que guía el vapor hacia la cazoleta conteniendo la moltura. Por tanto, no se puede abrir si no es con una sierra y echando todo a perder. Si fuera una resistencia independiente, atornillada al vaso en vez de “hacer cuerpo” con él, hubiera mirado de sustituirla, aunque fuera con otro modelo de componente, que dudo encontraría a la venta. También si el fallo estuviera en los dos componentes de seguridad que detectan temperatura y sobrecarga, aún tendría solución, una sustitución de dichos sensores y listo.

Pero no. Toda la cafetera convertida en chatarra desmontada.

En fin. La llevo a un punto limpio y me acerco a comprar otra a una cadena de supermercados.

Desisto al ver los precios y los modelos en que se basan su funcionamiento, sin convencerme ninguno. No dudo de la calidad final del café que sale, pero está un poco fuera de mi presupuesto, tanto del aparato en sí como de los consumibles preparados post-venta.

Intento mantener el ritmo, el impulso, el ímpetu, el optimismo, las ganas de hacer cosas, preservar el naciente hábito, pero… poco a poco el cansancio, el desánimo, la inercia se van abriendo paso…

Todo esto pasó hace dos meses. Mi hermana me regaló otra cafetera que no emplea. La monto en mi casa, y funciona, ya tengo café otra vez. Aunque la técnica sea ligeramente diferente: en la antigua echaba el agua exacta y me olvidaba, volviendo después al rato indefinido. En ésta debo llenar un gran depósito interno, casi 1 litro de agua, y vigilar cuánto café sale. En la antigua cabía más moltura en la cazoleta, tres o cuatro tazas. En ésta dos, y escasas. En la antigua el vapor salía con mucha más furia y ruido, en ésta se activa una especie de bomba que traquetea contra la mesa el tiempo que está echando vapor. En la antigua el filtro vertía el vapor directamente en la cazoleta y de ahí a la taza. En ésta el filtro dispone de un mecanismo muy extraño compuesto por arandelas de goma que sellan el conducto cuando deja de soplar vapor, imagino que para evitar el goteo constante post-café, algo que en la antigua no pasaba, ya que cuando se acababa el agua, se acababa, sin goteo posterior. En la antigua el café salía fuerte, muy fuerte, con posos y todo. En ésta el café sale… em… casi como de pitiminí.

No me ha gustado mucho el cambio, pero a caballo regalado…


Ahora se trata de recuperar el ímpetu, la disciplina, la limpieza.

sábado, 17 de octubre de 2015

Índice de bases oníricas.

Recientemente contesté a una entrada en el blog de Chatarrera Nórdica (si sientes curiosidad sobre lo que opino de esta bloguera, hablo de ella aquí con más detenimiento, admiración y simpatía) en donde me dio pie para relacionar una especie de “índice de fantasías oníricas” a partir de las cuales generaba mis fantasías de vaho. En dicha respuesta me salían todas de carrerilla, y tuve que resumirlas o quitarlas para no extenderme demasiado. Luego pensé que sería buena idea relacionarlas con más detalle aquí, en mi blog, creando incluso una etiqueta nueva, Inbaon,  y dotar así de más vidilla y ganas a este pequeño espacio mío…

Llamo “fantasías de vaho” a las que se generan para diversión momentánea, para pasar el rato en colas o salas de espera, para conciliar el sueño y sentirnos bien con nosotros mismos, o bien como refugio instantáneo y sin pretenderlo de una situación tensa en donde las circunstancias favorecían dicho vaho, pero que luego se disuelven en la nada sin más importancia. Exactamente como cuando se exhala vapor sobre un cristal para limpiar una manchita persistente, dibujar una caricatura o escribir un mensaje sin apenas trascendencia (o quizás con mucha trascendencia pero sin mucha huella para el futuro, que todo puede ser), o cuando se está en un ambiente muy frío se hace un amplio anillo con la boca y se expulsa una larga bocanada de aire para recrearnos en la forma o el efecto que despierta delante de nuestra cara, y que a los niños les encanta cuando lo descubren y juegan con ello.

vahor

Lo más llamativo es que tengo unas pocas fantasías recurrentes, básicas o troncales, a partir de las cuales se desarrollan, bien repitiéndolas una y otra vez fielmente, sin variar una coma, o bien un día se me ocurre una pequeña variación, una sorpresa que añadir y que disfruto, o bien cambio de sueño base, dependiendo de mi humor, mis ánimos, o lo que sea, que me llevan a seleccionar de dicho índice el que más me venga en gana.

Lo malo de esto es que si una noche me encuentro especialmente desanimado, desganado o susceptible, y rechazo todo a mi alrededor, incluyendo dicho índice, y me propongo componer otra base completamente nueva, independiente del resto, no me sale así como así, y siempre acabo tirando del índice en cuestión.

Mencionar también que algunas de dichas bases están ya plasmadas por escrito, de diferentes formas y sin ninguna relación entre sí, como pueden ser cuentos sueltos en este blog o en el otro, o bien diferentes blogs dedicados íntegramente a ellos, porque dichas historias daban muchísimo de sí si las desarrollaba, pero se quedaron ahí sin más, a medio nacer, la mayoría de ellas por pura vagancia.

Así que en cada cuento de este Inbaon recién inaugurado incluiré el enlace donde hago referencia a cada uno de ellos, ya sea completa de principio a fin, o sólo principio sin final a la vista. Lo bueno que tiene esta pequeña iniciativa es que puedo desarrollar unas escenas especialmente vívidas o conmovedoras, por la enorme fuerza que conllevan, sin incluir las etapas previas o posteriores que suelen resultar un lastre para mi forma de ser. Por supuesto, intentaré que sean inteligibles y asimilables, pero el esfuerzo de hacerse a la idea de qué pasa previamente en cada una de ellas es fundamental (y supongo que enorme en algunos casos), con los personajes, interacciones, circunstancias, habilidades, etc.

lunes, 12 de octubre de 2015

Té con canela (del Mercadona)

Tengo la garganta irritada. Puedo mantenerme centrado mientras no trague o tosa. Pero siento desde la campanilla hasta muy al fondo, casi hasta el esófago e incluso más allá… releches, qué me pasa que no puedo ni siquiera acertar con la palabra adecuada… hinchado, hipersensible y adormilado a la vez… Pero cuando me asalta el reflejo asociado de cualquier tipo de espasmo involuntario (tragar, toser, reírme o estornudar) siento como si raspara ahí dentro una lija, o una bola de estropajo duro.
Voy tomando cafés cada pocos días. Solos, con leche, con galletas o a sorbitos sin nada más, con azúcar o sin azúcar, cargados o ligeros (controlando la prensa manual y la cantidad de café molido en la cazoleta), más o menos cafeinados (mezcla en diversas cantidades de tueste natural y descafeinado)… Y cada vez me gusta un poquito más, lo reconozco. Es un ritual que me relaja y me hace sentir en paz mientras dura.

Y claro, en ésas, no puedo evitar imaginarme estar en compañía femenina: ella durmiendo tras una noche especialmente intensa, y yo levantándome y preparándole el café (asumiendo por supuesto que le gusta el café) y entrándolo después en una bandeja, con unas galletas, el tarro de azúcar y algún detalle primoroso, como la servilleta plegada de una forma graciosa y llamativa… (flores, bombones y demás están fuera de la ecuación económica).

Sí, suena feo mencionar la cuestión económica. Pero dada mi situación ídem, esa condición insalvable se me ha metido aceitosamente entre los resquicios de la base de mis fantasías de vaho cotidianas.

La parte negativa del ritual del café es que creo que me he habituado demasiado pronto a sus efectos vivificadores. Ya no siento apenas el empuje que me abocaba a la hiperactividad de antaño. Aunque quizás sea por el control de las dosis en la cazoleta, siempre tirando a la baja con el café tueste natural.

El otro día vi en Mercadona infusiones de té con canela, y me entró curiosidad por probarlo. La canela me gusta (arroz con leche y galletas napolitanas), así que cogí una caja de eso. Pero hoy he comprobado que al tomar el té bien caliente, apreciar el gusto a canela es casi imposible. Quizás sea que en mi estado actual, con la garganta escocida, no huelo apenas nada, ya que influirá en zonas cercanas…

lunes, 7 de septiembre de 2015

Y más café.

Esta vez, mezclado. Un tercio de cazoleta de café tueste natural y el resto descafeinado.

Poco menos que me subo por las paredes al cabo de tres cuartos de hora.

Al principio bien. Una sensación de bienestar, ánimo y ganas de hacer cosas, de cumplir con los proyectos del día, a saber: limpiar, fregar, quitar el polvo, repasar detalles… De hecho, el intenso ejercicio físico que he desarrollado para cumplir con todo eso ha venido a cubrir esa vitalidad extra que me ha despertado el café. Y sí, he subido por paredes… para limpiar a fondo lo que estaba en lo alto.

¿Por qué? Pues porque una ventaja enorme de este nuevo estado de cosas es la de poder recibir visitas y tratarlas como se merecen. No avergonzarme de cómo tengo la casa ni ocultar cosas. Mostrarles todos y cada uno de los recintos y rincones. Detenerme en los detalles que me pregunten, contestando con franqueza e ilusión.

Ventaja que pienso disfrutar en toda su plenitud, y más, si puedo.

Primero mis padres y mi hermano mayor. Hoy han sido mi hermana, su marido y su hija.

Y tengo intención de ir invitando al resto.

No obstante, en cierto momento, me he imaginado cómo sería la visita de… una mujer.

Y al tener esta base bien cubierta, este soporte que durante tantos años me ha faltado, me he sentido bien, con energía, humildad y predisposición.

Pero no sé si era por el café o porque realmente me salía de dentro.

En el fondo no importa. Ya tengo mi casa en condiciones, así que sólo faltaba un empujoncito para echar a rodar la fantasía… y, bueno… ha sido un alud, me costaba elegir sólo una.

Todas partían de que ella entraría con los brazos cruzados en el pecho, hombros encogidos y cara un poco agachada, pero mirada atenta, fijándose en cuanto detalle cayera a su alcance…

Si al cabo de un buen rato de conversación, un poquito de humor, alguna que otra bromita, y la visita de rigor a todos los rincones, consiguiera una leve sonrisa de aprobación, un brillo determinante en sus ojos, mirada fija y abierta… y yo caería a sus pies, poco menos que derretido… “Mi señora”, acertaría a musitar.

Etcétera.

CEb0hPcWoAEv0qN

jueves, 27 de agosto de 2015

Cientos y cientos…

… de cómics. Eso he ido sacando ayer y hoy. Acumulados durante más de 25 años. Esperando a tener mi propio espacio, mi casa, mis estanterías, para ser sacados y colocados en sus sitios definitivos. De momento sólo sacados y puestos ahí. Conforme pase el tiempo, los iré ordenando. Pero el primer paso ya está hecho.

IMG_0651

Y el café que tengo es descafeinado, sí. No me siento distinto, ni cinco minutos después, ni una hora después.

Tengo una duda sobre los cafés… Si comprara café normal, molido, ¿cómo quedaría mezclado con descafeinado? Muchos cafeteros se llevarían las manos a la cabeza, me tacharían de criminal, de zote, de ignorante, de paleto. Pero que les den.

Mi idea es: cada día, o cada dos días (no tomo café con regularidad, porque en mi estado económico es casi un lujo), meter en la cazoleta mitad descafeinado y mitad café normal. Ambas capas no muy prensadas… Los primeros días, la capa de café normal sería más bien fina. Luego ya veríamos.

¿Por dónde iba? Ah, sí, los cómics. Por fin podré releer aquellos que tanto me hicieron soñar, reír, llorar, reflexionar, rebuscar, fantasear, elevarme, hundirme… la poesía del inimitable Warren Ellis, su ciencia-ficción, sus futuros drogados y elevados… la determinación de Alan Moore, sus detalles exhaustivos, casi agobiantes, sus remodelaciones, sus extrañas referencias… la bestialidad visceral de Garth Ennis, su feroz anti-catolicismo irlandés, sus sociedades de tabernas, su humor negro, sus corazones abiertos destilando amor, compasión, dulzura y firmeza… en fin, para qué voy a seguir…

Pero por primera vez en años, tengo algo que compite con mi dependencia de internet y me ayuda a desviar mi atención exclusiva en eso, haciendo que apague el ordenador y me sienta ahí atrás a leer un buen cómic.

sábado, 22 de agosto de 2015

Tercer día con café.

Pues no sé si será el café, la cafetera, mi metabolismo cambiado o quizás el color del azúcar blanco, pero no me siento diferente al rato de tomar la taza.

Hasta anteayer, todos los cafés que me tomaba me provocaban nerviosismo, o sueño, o me desvelaban hasta bien entrada la noche aunque lo tomara a media tarde, o locuacidad, o cualquier alteración que me empujaba mucho más allá de lo que percibía como normal en mí.

Pero ayer, y hoy, no me he sentido distinto… En fin, a lo mejor es que el café sería descafeinado de máquina (me lo han traído en tarro, sin marca ni tipo ni nada), pero aunque así fuera, me ha gustado mucho cumplir ese ritual distinto, ese pequeño detalle que me recuerde que ese día debo hacer algo de lo propuesto para variar un poco el rumbo que llevaba estos últimos años.

Y así ha sido. Montar una estantería, colocar focos que apunten a mis miniaturas adquiridas en los años previos a mi independencia con el propósito de exponerlas cuando tuviera ocasión… y cuando tenía ocasión, me falló otra pata vital, por tanto tuve que posponer con dejadez e indiferencia, creciendo conforme pasaban los meses y años.

Lo más difícil son los papeles. Cientos y cientos de papeles acumulados. Facturas, extractos bancarios, manuales de instrucciones, garantías, impresos de hacienda, de salud, del INEM… Una montaña de papeles que me echan muy para atrás, y que evito como puedo, concentrándome en otras cosas, igual de importantes, pero no tan urgentes, de cara a la próxima visita de Profe y de Brava.

Aunque me digo que me pondré a ello, nunca lo hago… Entre los calores, los trabajos de montaje y el juego de solitario de windows que me da por pasar el rato para descansar entre mueble y luminaria, voy procrastinando y…

En fin, sé que al final me tendré que poner a ello.

 

Papeles y más papeles

jueves, 20 de agosto de 2015

Primer día con café.

Hace tres días me regalaron una pequeña cafetera exprés de las que se enchufan. Entre otras muchas cosas.

Se echa agua por un sitio, se pone café en una cazoleta con manivela, se coloca esa cazoleta con un cuarto de giro, se pone una taza debajo y se enciende. Y a esperar.

Como era mi primera vez, en mi casa, que tomo café a solas, me he dicho… ooye, esto, que parece tan normal, aburrido y cotidiano para mucha gente, puede ser el inicio de algo para mi blog, y así usar eso como raíl para mencionar el cambio sustancial que está tomando mi vida por estos días…

De entrada, odio el café. Y el té. Y la nicotina. Y el alcohol. Y por extensión, toda clase de estimulantes ilegales que provocan que seamos más de lo que somos o podemos dar. Marihuana, cocaína, heroína, éxtasis, metanfetaminas… Así los que no somos cafeteros, alcohólicos, bebedores de té y fumadores, nos quedamos atrás en nuestra lucha diaria por sobrevivir. Es como un doping en un deporte muy competitivo, frente al cual el ciclismo, uno de los deportes más duros que existen, es un juego de niños. Y el ciclismo no goza ahora mismo de buena reputación por las cosas que se meten los que compiten. Y es normal, dada la energía de que necesitan disponer para ganar.

Pero me estoy yendo por las ramas. Hoy he decidido tomar mi primer café. En parte para ver cómo se maneja ese trasto de cara a futuras visitas, y en parte para probar a ver cómo me sentaría si lo introduzco en mi rutina diaria.

Así que retomo del primer párrafo: “Me regalaron… entre otras muchas cosas.”

En efecto. Unos muy buenos amigos me han regalado un armario ropero, unas cuantas estanterías y unas pocas luminarias para mis bombillas. Y lo más importante: me han regalado también su tiempo, esfuerzo, interés e ilusión en que renueve mi vida, retome la iniciativa y el control. Me han ayudado a limpiar y ordenar lo que lleva ahí años acumulando polvo.

Todo empezó hace un mes aproximadamente. Yo estaba en un valle anímico. Un amigo vino a mi casa de improviso, vio cómo estaba el percal y tras un paseo juntos por mi ya no tan flamante barrio, nos despedimos, yo me metí en mi casa con mis rutinas autocastradas y él se fue a la suya.

A los pocos días, vino otra vez con una amiga, que también vio por sí misma cómo estaba todo, y dimos una vuelta. Paramos en un bar a tomar algo. Yo estaba contento de verles, porque visitas así se agradecen mucho. Pero en realidad venían con una propuesta.

El amigo es un negado en tareas de mantenimiento de su casa. Además de en otras cosas básicas. Pero esto no quiere decir en absoluto que sea un inútil en la vida. De hecho es todo lo contrario. Es profesor de preescolar con alma, y cada vez que habla de “sus niños” se le encienden los ojos. Los progresos que hacen en el día a día, la gracia que le provocan sus torpezas, la gracia aún mayor que le hace limarlas poco a poco y que aprendan a base de insistir, los juegos aparentemente sencillos que monta, los métodos que usa para captar su atención y que aprendan… Por extensión, esa gran capacidad humana de empatía, análisis y modificación de conductas, reaprendizaje, etc., las usa en su vida diaria, con su familia y sus amigos. Y yo estoy entre los más cercanos de los últimos, afortunado que soy.

Además, su fe en la humanidad está constantemente restaurada. Porque ve a “sus niños”, y renueva sus esperanzas en un futuro mejor. Al margen de los padres de los niños, con sus más y sus menos; al margen de sus compañeros y directores, a menudo con muchos menos que más para su desgracia. Pero es entrar en el aula con sus niños esperando, y me imagino la alegría, la ilusión, la curiosidad, la inocencia que portan, y dejarse llevar por todo ello.

En fin, que me voy otra vez por las ramas. “Profe” (así le llamaré para los restos),  “Brava” (así llamaré a la amiga; ya diré por qué) y servidor, estábamos en una terraza de bar, tomando refrescos, y Profe me propone algo: me “contrata” (una forma sibilina de decirme que me necesita con disciplina regular) para hacer unas cuantas tareas en su casa: cambiar bombillas, pasadores de cajones, enchufes, sintonizar una televisión, limar lechadas en juntas de baldosas y pintar techos.

No hablamos de dinero ni nada por el estilo. No hablamos de qué me iba a dar a cambio. Yo acepté, con desgana y haciendo un poco de tripas corazón, porque en mi fuero interno sabía que no podía seguir así. Y al día siguiente empecé. No sólo eso, la hermana de Profe también requirió mis servicios para pintar la verja de un balcón sesentero cuya cadencia de rejas hacía que pareciera una partitura gregoriana en tres dimensiones.

Estuve algo así como una semana haciendo todo eso. Enfrentándome a mis demonios, sobre lo de cumplir con lo prometido a tiempo, trabajar para ganarme la vida, sufrir la ansiedad que me da no ser capaz de llevarlo a cabo, y minimizar los buenos resultados una vez conseguidos. Entre otras rémoras.

Cuando terminé de pintar los techos y se acabó todo, me llevó con Brava a traición a un centro comercial de muebles, y me compraron cinco estanterías y un armario ropero. Triplicando el valor de lo que creía que costaba mi labor.

Hasta entonces, estaba como “a remolque” anímico. Pensaba que una vez cumplido todo, me daría una buena propina, y se acabó; volvería a mi rutina eremita y oscura de cada día.

Pero ni por un momento me imaginé que me harían esto. Mientras me arrastraban de los brazos, o de las orejas, por el centro comercial, yo estaba asombrado, incapaz de reaccionar. Respondía con monosílabos, alguna que otra observación, sonrisas forzadas… pero en mi fuero interno estaba paralizado. “¿Dónde demonios me han metido?”

El resultado, tres semanas después, es que Brava y Profe me han puesto todo patas arriba. Han entrado a saco en mi covacha y en cinco tardes intensas (y las que creo que me quedan, pero pocas ya), han cambiado por completo mi casa. Han limpiado, han ordenado, han tirado a la basura un montón de cosas… Como me conocen de hace años, saben de mis aficiones, mis sueños, proyectos, puntos débiles, puntos fuertes, y han actuado de acuerdo con todo ello.

En ningún momento han juzgado lo que se han encontrado a cada paso. Ni en ningún momento han puesto en tela de juicio dichos sueños ni aficiones. Por impropias que puedan parecer a sus ojos. “Esto, ¿lo necesitas?” o “¿lo quieres para algo?”. “No, sí”. ”Pues a la basura” o “déjalo por aquí que lo ordenamos después”. Sin más, sin fijarse en las apariencias del objeto ni lo pasado o roto o inútil que pueda ser.

Y así estoy ahora. Entre incrédulo y esperanzado. Incrédulo porque no creía que esto llegaría tan lejos. Un par de arreglos por aquí y por allá, y todo seguiría igual. Y esperanzado porque por primera vez en mucho tiempo, empiezo a estar a gusto en mi casa.

Además de la dosis de cafeína corriendo por mi cuerpo, muucha luz entrando a raudales por las ventanas bien abiertas y todo desordenado, sí, pero en transición con fecha de caducidad inamovible.

 

taza-de-cafe

domingo, 24 de mayo de 2015

Victis entre Roma y Toledo.

  tumblr_nmz6nc4Xot1rig818o1_500

Molesta ausencia de clavos

para asir en la pared

aquel mi hermoso cuadro

de paisaje en mi otra piel.

 

Pica al toro por su lidia

su sangre escupe en torrentes;

sangre que el pródigo envidia

con preces maledicentes.

 

Piedras y obras de castillo

como a Dios su catedral;

todo amontonado y listo

mas ¿dónde se construirá?

 

Alienaos, mis neuronas,

alienaos en camino;

pues, para guiar la aurora,

mi sol ha recién nacido.

 

Diamantes que flotan crudos

en crepúsculos sin olas;

lágrimas, o sangre incluso,

derramo si me los roban.

 

En mi recóndito estanque

también se baña mi Leda;

cisne apresado en la margen…

cisne sin pluma ni aletas.

 

Domina el sol por el día,

devora todo lucero;

de noche, allá porfían

en zodíaco y sin celos.

 

Color verde visto en rojo,

color verde, ¿dónde estás?

Letra escrita que yo escojo,

letra escrita... que se va.

 

Vete de aquí, Galatea,

vampiro de mis mentiras.

Si esculpiéndote siguiera

al final, me vaciarías.

 

Por cada esquirla que arranco

veinte más se desperdician.

Modestia me manda abajo,

pero abajo está Avaricia.

 

Tras un viril espejismo,

me perdí en este desierto;

su arena ahora es mi abismo,

y el sol azul, mi universo.

 

Zeus y Ares también escuchan,

y me anuncian sus heraldos:

si sigues solo en tu lucha,

vendrá Apolo en tu respaldo.

 

Confieso a todos que robo

hierro y pimienta del tiempo

para echar al rojo adobo

ociosos trozos de cierzo.

 

Todos los demás maldicen

cuando arquean sus flaquezas,

las mismas que a mí me impiden

cazar y bajar la testa.

 

Cadáver de lápiz roto

entre baldosas y asfaltos

suspira tu último voto

de esbozar un sueño en blanco.tumblr_n6pnq2MxhI1tc258so9_r1_1280

.

.

.

.

.

.

.

.

.

No te culpes más, idiota,

piso y pateo yo en mí,

que por lo que a mí me toca,

también estoy solo aquí.

miércoles, 5 de marzo de 2014

AVISO: Entrada ficticia…

…pero con visos de convertirse en realidad.

A los poquísimos habituales que todavía os pasáis por aquí (uso el modo genérico, me refiero tanto a vosotras como a vosotros, no creo que haga falta aclararlo) ¿qué diríais si de pronto leyerais una entrada así?

“Hola.

Llamadme Arturo Fantópera.

Por circunstancias de la vida, que supongo ya conoceréis por vivirlo a vuestro alrededor y de las que yo no soy excepción, me ofrezco a mujeres para:

1.-Compañía y conversación. Sé empatizar, escuchar y ponerme en el lugar del otro. Me abro con mucha facilidad y sensibilidad hacia la otra persona. Tengo sentido del humor en todas sus variantes: sutil, basto, rosa, blanco, incluso negro, aderezado todo ello por una risa fácil y creo que contagiosa.

2.- Abrazos, cariño, dulzura a raudales, sin límites. Si vemos que congeniamos lo suficiente, y lo deseas de verdad conmigo, puede que incluya el sexo, con las protecciones físicas adecuadas.

3.- Sé lo que es la depresión. He estado allí. Y creo que todavía no he vuelto. Por eso, si lo que quieres son ánimos, consejos y ejemplo de alguien que ha vivido y que sabe de lo que habla, lo que se debe hacer y lo que no, repito, NO se debe hacer, entonces yo soy tu hombre (y nunca mejor dicho). Si deseas un hombro sobre el que llorar, aquí tienes dos, además de dos brazos que te rodearán y te transmitirán vida, calor y fuerza.

4.- Como puedes ver por el presente blog (puedo equivocarme, pero algo me dice que has llegado aquí hace mucho tiempo y conoces el percal) escribo bien, con soltura, y narro de forma bastante potable. Creo que domino el arte de la conversación escrita, sus matices de espontaneidad, verdad-consecuencia, acción-reacción, profundidad e interpretación. Si quieres referencias acerca de esto, puedes leer entradas anteriores mías, tanto en el presente blog como el anterior. Tengo mucha fantasía e imaginación. Fantasía para pintar cuadros llenos de detalles consistentes, es decir, lógicos dentro de su contexto, e imaginación para dotarlos de movimiento. Intuición para saber hacia dónde deben moverse. Así que te puedo describir en esa situación en la que tú has soñado durante mucho tiempo, pero que nunca has sabido cómo darle cuerpo y continuidad. Esa situación que has usado para conciliar el sueño todas las noches. O para calmarte tras pasar momentos de alta tensión y recurres a ella dejando libres tus pensamientos y compensar así la frustración instantánea y relajarte. O que deseas leer en algún sitio para tener esa sensación de “déjà vu” que produce llegar a un pasaje inesperado y muy emocional para ti…

5.-Puedo familiarizarte con tus fantasías poniéndole palabras. Yo te escucharé muy atentamente, si acaso alguna pregunta aclaratoria o de confirmación **, y cubriré y rodearé cada paso tuyo que des en mí de plantas que explotarán de vida bajo tus pies. Seleccionaré de entre esa vegetación las mejores, y prepararé un ramillete que podrás conservar para ti el resto de tu vida. Discreción garantizada, por supuesto.

¿Hasta aquí bien? Ahora la parte fría y condicionante, dolorosa pero necesaria:

Mi tarifa es XXX € la hora. Mínimo 1 hora. Pago anticipado en metálico en sobre a los cinco-diez minutos de conversación, suficientes para conocernos y ver lo que deseas de mí y lo que puedo ofrecerte. No acepto regateos, ni compañías masculinas, homosexuales ni transexuales. Ni tríos ni parejas dobles. De momento me circunscribo en Zaragoza capital. No viajo. Si eres de otra ciudad y aún así quieres que vaya, tendrás que venir a Zaragoza a conocerme la primera vez. No hago vida en sociedad, así que no sirvo en absoluto para compañía en comidas públicas ni cualquier evento social, daría una imagen pésima. Tampoco sirvo para dar consejos acerca de modales, expresiones artísticas, postureo y demás. Mi gusto y sentido estético carece de refinamiento, no he tenido la suerte de ser educado en ese sentido. Soy muy tímido y rehúyo las aglomeraciones de gente, es mi naturaleza, influenciada en su mayor parte por **

El procedimiento sería: quedar en un sitio público, llevaríamos alguna señal previamente acordada para reconocernos mutuamente, nos presentaríamos y daríamos un paseo. Quizá nos meteríamos en una cafetería, o quizá daríamos una lenta vuelta a la manzana antes de entrar en tu hotel.

La ** es para informarte de que sufro de hipoacusia neurosensorial bilateral (sordera parcial en ambos oídos corregida por sendos audífonos). Así que no te extrañes de verme muy pendiente de lo que dices, de tu boca y de tu cara, me guío no sólo por la voz sino también por la vocalización y la expresión facial, incluso corporal: manos, hombros, cuello…, y no te moleste que te interrumpa si creo que no he entendido lo que acabas de decir para que me lo repitas.


design-images-1273


Si deseas contactar conmigo, mi email es arturospads@gmail.com


Fin de comillas. Esto es sólo un anuncio hipotético, que llevo días dándole vueltas, pero que hoy me atrevo a darle cuerpo y publicarlo. No obstante, el email es de verdad… por lo que pueda surgir. Quién sabe, a lo mejor funciona y todo…

viernes, 21 de febrero de 2014

Carmín y cera (4)

(episodio anterior)

Estrella se había quitado la larga bata blanca y las sandalias de satén, y vestía un chándal informal y cómodo, y zapatillas pantuflas. Incluso se había quitado el maquillaje y soltado el pelo.

-Quítate la cera y vístete… Tienes un trocito en el omóplato derecho, ven aquí, que te lo quito… Bien… Ya no tienes más. Termina de vestirte. Ahora siéntate, por favor.

-Se… Señora, yo…

-Estrella. Ya no soy tu Señora. Ahora simplemente Estrella, ¿vale?

-Pero… pero…

-Arturo, voy a ser franca contigo: ser sumiso no es lo tuyo. No quiere decir que no seas un buen amante, ni un buen hombre, ni una buena pareja. Todo lo contrario, por lo que he visto en ti… Arturo, mírame… Mírame. Tu capacidad de entrega es grande, eres sensible, atento, tienes imaginación y fantasía, y estás… físicamente dotado. De hecho has cumplido, has superado con creces todas y cada una de las pruebas a las que te he sometido… pero esto no es lo tuyo. No, no es lo tuyo… Mírame. Te lo voy a explicar de otro modo. Tienes amigos gays, ¿verdad…? y uno de tus mejores amigos lo es, según me dijiste. Bien, pues piensa en esto: te ríes con él, salís de copas, vais al cine, de vez en cuando vas a su casa o él a la tuya a ver partidos y prestaros vídeos y libros… Hasta aquí bien. Pero… ¿te puedes imaginar, siquiera por un instante, acostarte con él? No, ¿verdad? Ni se te pasa por la cabeza, te provoca rechazo la idea. Pues bien, esto es lo mismo, sólo que en otro ámbito. Verás, ser sumiso es más que una fantasía temporal, o una necesidad ficticia surgida de la necesidad de cariño y compañía a toda costa, que veo que es tu caso, o una opción a probar en solitario o con más gente para satisfacer una curiosidad. Dijiste que has leído mucho por internet, así que lo que te estoy diciendo te debe sonar de algo. Las Amas que somos cien por cien dominantes lo decimos sin tapujos y con la verdad por delante, de cara a la vida en pareja. Y yo prefiero ser sincera contigo antes que aprovecharme de ti. Podría fingir y divertirme a tu costa, pero, te repito y te lo diré cuantas veces haga falta, eres un buen hombre, aún con tus limitaciones y tus defectos, y no te mereces eso. No te lo mereces, ¿vale…? Mírame. No te mereces eso en absoluto. Oh… ven, ven aquí, ven a mis brazos… Siento mucho haberte dado pie, pero… ahora ya sabes por ti mismo que no eres un sumiso, y que no vale la pena que gastes energía, tiempo o ilusión en buscarte una pareja Ama… Tranquilo, Arturo, tranquilo… Ahora te duele, pero dentro de un tiempo, cuando todo esto pase y mires atrás, reconocerás que yo tenía razón. Al respecto, debo decirte también que puedes seguir intentándolo, por supuesto, puedes seguir llevando el trisquel a la vista, no soy quién para decirte que no, quizá tengas suerte y encuentres a alguien que acepte ser tu Ama en los términos que tú necesitas… Pero en mí, no. Y me atrevo a añadir que tampoco en cualquier Ama honesta. Si alguna te toma a su servicio, ten mucho cuidado con lo que te pedirá… Mejor búscate una compañera que sea tu igual, que compartís gustos y aficiones, y que estéis ambos a la par en cuanto a iniciativas en el cariño y en el sexo, ¿de acuerdo, Arturo…? Vamos, tranquilo, tranquilo, alguna habrá que aprecie lo que tienes para ofrecer, que es mucho, así que no te preocupes por eso. Lo importante es que sigas intentándolo y no desistas, pese a que falles. Y debo decirte que las Amas también nos equivocamos, también cometemos errores… Cuando nos presentamos, te vi un poco perdido, y pensé en darte una oportunidad. Pero en nuestro siguiente encuentro, cuando hablamos de nosotros mismos, nuestros gustos, defectos, aficiones, pasados, familias, trabajos… algo me decía que estaba cometiendo un error, pero aún así insistí en darte la oportunidad, podía estar equivocada y… bueno, resulta que al final no lo estaba… ¿Mejor ahora? ¿sí? Anda, toma, bebe un poco de agua… Debo decir, no obstante, que en la tercera cita, cuando hablamos de temas femdom, de nuestros límites, de lo que nos gustaba y lo que no nos gustaba, esa impresión se diluyó bastante, porque a pesar del morbo, te comportaste siempre de la manera correcta, manteniendo la compostura, mirándome a los ojos, tratándome de usted, respetando mi iniciativa en la conversación, incluso bromeando con sutilidad… De ahí a esta cita, quedar en mi casa, y constatar que realmente mi primera impresión era la correcta… En fin, no estoy orgullosa. No estoy nada orgullosa. Hoy es un mal día para mí. Siento mucho haberte puesto en esta situación… ¿qué, que has dicho…?

-Que qué vamos a hacer ahora…

-Bueno… ¿qué te parece si vamos al cine…? Invito yo… Y después, ya veremos.

 

triskel

domingo, 16 de febrero de 2014

Carmín y cera (3)

(episodio anterior)

Se fijó en las uñas de los pies y de las manos, bonitas y cuidadas, pero sin pintar, y miró alrededor, a ver si localizaba algún neceser más o menos al alcance, como indirecta. Nada. Ya puestos, no vio aceites para masaje, ni toallas, ni artículos de limpieza, ni nada que le sugiriera algún curso de acción.

-¿Y bien?

-¿Que… qué desea que haga, Señora?

-Más iniciativas acerca de lo que te inspiro. –Arturo se aproximó de nuevo al pie que tenía delante, pero ella lo apartó. –No repitas. Iniciativas nuevas. Más ideas.

Arturo respiró hondo y cerró los ojos, buscando en su interior. Al no encontrar nada que se le antojara válido, la sensación de bloqueo empezó a invadirle con rapidez. Se relajó, respiró hondo, y pensó en ella, en su voz, en su manera de moverse, de vestirse, de hablar, de mirar. En las partes de su portentoso cuerpo que le mostraba. Y aunque el cuadro era para estar mucho rato en actitud contemplativa combatiendo gustosamente el ardiente deseo que se manifestaba en una erección que había nacido y se mantenía sin toque alguno, aquél no era el momento. Abrió los ojos y los fijó en los de Estrella, casi suplicantes, temiendo no pasar la imaginaria prueba.

Y entonces lo vio. En uno de los bolsillos de la bata que vestía ella asomaba tímidamente una puntita, pero brilló como clavo al rojo en la oscuridad que se cernía sobre él. Alzó la mano despacito, como pidiendo permiso. Su silencio y quietud le parecieron respuesta suficiente, pero mantuvo el ritmo. Tomó la punta que asomaba y con delicadeza tiró de ella. Logró evitar sonreír de triunfo con mucho esfuerzo.

Era una tela blanca de satén lo suficientemente grande como para llevar a cabo la idea que había tenido. Lo extendió sobre la mesa y lo arrolló en sí mismo desde una esquina, formando una venda, y con ella se tapó los ojos y la anudó tras la cabeza. A pesar de los resquicios que inevitablemente le llegaban desde abajo, cerró los ojos y esperó.

Mientras tanto, Estrella sonreía abiertamente, pero con algo de tristeza. Parecía haber llegado a una conclusión. Se incorporó, tomó el cinturón que pendía del cuello de él, se lo quitó, y doblándolo sobre sí mismo, lo chascó escandalosamente.

Arturo se estremeció, conteniendo la respiración un instante. Otro chasquido desde otra dirección, otro sobresalto. Arturo giró la cabeza.

Estrella se había levantado y caminaba hacia una estantería. De ahí sacó un mechero y una vela. Se acercó a espaldas de Arturo y prendió fuego a la vela. La inclinó un poco sobre el hombro.

La primera gota tardó un poco en causar efecto en Arturo, que reprimió un quejido y el reflejo de apartarse. Otra gota cayó sobre el otro hombro. Giró la cabeza.

Cuatro gotas más tarde, ella apagó la vela. En su cara, en sus ojos, asomaban una resolución. Respiró hondo y haciendo sonar adrede los pasos con lentitud y parsimonia, se alejó a una puerta, entrando y cerrando tras de sí.

Arturo aguardaba expectante. Las manos quietas, la cera fría, la piel perlada de sudor, la respiración superficial, entrecortada. La erección había remitido por completo.

Al cabo de un rato, Estrella entró de nuevo en el salón.

-Quítate la venda.

Arturo se la quitó despacio, y vio cómo Estrella se acercaba de nuevo al tresillo y se sentaba en él. Se quedó con los ojos muy abiertos mientras miraba cómo se servía un vaso de agua. Un torrente imparable de pensamientos, conclusiones y sensaciones se desató en su fuero interno.

 

Candle-12

(episodio siguiente)

viernes, 7 de febrero de 2014

Carmín y cera (2).

(episodio anterior)

El joven llamó tímidamente a la puerta. La mujer abrió.

-Hola, Estrella…

-Hola, Arturo. Adelante, pasa. –Le franqueó el paso y cerró tras él.

Le quitó la chaqueta y la colgó de un perchero en el armario. El joven aguardó, y después la siguió al salón.

Espacioso, iluminado, con muebles de diseño que inspiraban un aire elegante y acogedor. Se sentaron en el tresillo. La mujer señaló la mesilla central, donde aguardaba una bandejita con bombones y gominolas, y una jarra de agua con dos vasos.

-Sírvete si quieres.

Arturo negó con un gesto, permaneciendo con las manos juntas, en actitud recogida y mirada baja. Estrella, en cambio, estaba recostada de medio lado, con la bata entreabierta luciendo buena parte de su portentosa pierna. Ambos aguardaban. Él contrito, ella con media sonrisa y mirada directa.

-He… he visto abajo en el buzón que su nombre no es Estrella, sino…

-Chisst. Estrella –dijo ella, posando el dedo índice en sus labios. –Para ti, Estrella.

-Sí, señora.

-Yo a ti, en cambio, te llamaré de varios nombres, dependiendo de mi humor. Bien. –se repantigó otra vez. –¿Qué te inspiro?

-Pues…

-En hechos.

Arturo tardó un poco en reaccionar. Se escurrió al suelo despacito y se postró en un ovillo ante sus pies. Agachó la cabeza para llegar al pie que posaba en el suelo, y empezó a cubrir de besos el empeine de satén blanco. Estuvo así un rato, hasta que notó que ella balanceaba el pie que tenía en el aire. Se enderezó un poco y lo atendió durante un buen rato. De vez en cuando lanzaba miradas furtivas a la cara de Estrella, que permanecía inmutable.

-Más hechos.

Arturo se desconcertó un poco por su frialdad. Pensó un instante y se giró hacia la mesita. Escanció un vaso de agua, y cogiéndolo del platillo, se lo acercó a Estrella. Ésta sólo sonrió levemente mientras tomaba el vaso. Bebió un poco y lo volvió a dejar, tomando una servilleta del cubo que Arturo le había aproximado, solícito. Tras dejar ambos platos, hizo lo mismo con el elegante servicio de dulces para invitados.

Un gesto de ella con la mano, mientras masticaba despacito y sinuosamente. Arturo, con la receptividad abriéndose por biombos tirados, creyó entender. Se enderezó, poniéndose en pie, y se desnudó por completo, pendiente de ella, por si se equivocaba de intención. Primero la camisa, después los zapatos, los calcetines, los pantalones y el slip. Intentó hacerlo despacio y manteniendo el ritmo, pero algún que otro requiebro y fallo delataban su nerviosismo.

Cuando iba a arrodillarse de nuevo, ella repitió el gesto. Arturo se quedó desconcertado, y miró a su alrededor. Ya lo estaba de antes, por su aparente falta de respuesta durante su desnudo. Detuvo sus ojos en los pantalones y se le encendió otra bombilla, o se le derrumbó otro biombo. Con cierta prisa, los cogió y desenfundó el cinturón. Formó un lazo con él y se lo colocó al cuello, arrodillándose ante ella y dejando el extremo suelto cerca de su mano.

Pero ella no movía un músculo. Sólo miraba, sin alterar sus armoniosos y atractivos rasgos faciales.

Arturo se aproximó otra vez al pie que ella mantenía en el aire, y pasó sus labios por el empeine de la elegante zapatilla.

Otro gesto de ella similar a los anteriores le hizo apartarse un poco y respirar profundamente, mirando en todas direcciones, intentando adivinar qué quería ella, qué podía hacer, qué esperaba… y se fijó en su mano derecha. Inerte, apoyada sobre la almohada, era muy bonita: uñas arregladas, dorso satinado con venas apenas marcadas, sin anillos, dedos estilizados pero sin marcaje de nudillos… La cogió con timidez y despacito, muy despacito, se acarició con ella la cabeza: cuero cabelludo, frente, barba… pero reincidía mucho en las mejillas, pasándose el dorso y la palma constantemente por ambas. Cerraba los ojos y se los tapaba con el dorso, acariciándose los párpados con suavidad.

-Más hechos –dijo ella de repente, rescatando su mano.

Arturo se quedó un poco paralizado, como un niño al que le quitan su juguete recién preferido y lo colocan otra vez en un largo estante para elegir. Miró de reojo a la cara de Estrella, y creyó divisar algo distinto, pero no lo pudo confirmar. Respiró hondo. Hizo ademán de tomar otra vez el vaso, pero se detuvo ante el leve vaivén negador de Estrella. Lo mismo para la bandejita de dulces. Cuando se reclinó hacia su pie suspendido en el aire, ella lo retiró. Arturo no sabía qué hacer…

 

wallpaper-corazones-de-gominola_476490468

 

(episodio siguiente)

sábado, 25 de enero de 2014

Sáhara, Atacama, Kalahari, Gobi, venid a mí.

¿Desiertos? ¡já!

Puedo internarme en uno, y os aseguro que anímicamente no habría diferencia.

De hecho, la indiferencia es lo que me protegería del sol y me abrigaría por las noches.

Pero lo que protegería esa indiferencia no es algo valioso, ni siquiera llamaría la atención en dichos entornos.

rock_in_the_desert-wallpaper-800x600

Empatizo con los eremitas de espacios abiertos: no ven ni oyen a nadie, así que no se hacen ilusiones con nadie. Los horizontes que les rodean son demasiado lejanos como para humanizarlos y esperar una respuesta. Y si dicha respuesta tiene lugar por circunstancias incontrolables, se la ve venir desde lo lejos: primero en forma de espejismo, luego en silueta muy difusa, que se va concretando poco a poco, para pasar a un contorno nítido y hacerse una idea de qué es, controlando entonces la actitud a tomar. En cambio, en conglomerados de gente, siempre se espera un mínimo de atención, un “poco de por favor, que estoy aquí”, y esa esperanza, pese a negarla, siempre es alimentada por la cercanía física.

A la mierda con todo y con todos.

 

tumblr_ms8qua5TdG1rcf4reo1_1280

sábado, 26 de octubre de 2013

Carmín y cera.


-Hola.
El joven levantó la cara de su refresco y se encontró con una mujer alta, elegante, con buena percha, media melena ondulada y mechas rubias. Abrió los ojos de asombro, al percibir el atractivo que emanaba de toda ella, y parpadeó de incredulidad.
-Hola… –acertó a decir.
-He visto que llevas el (seña de identidad poco conocida para el público en general, pero muy típica en ciertos ambientes), llevas aquí solo un buen rato, y no pareces esperar a nadie… ¿puedo sentarme?
El joven se levantó al instante hacia la silla, ofreciéndosela con caballerosidad.
-Gracias.
-¿Desea usted tomar algo…?
-Por ahora no, gracias. Tengo esto –sacudió el vaso de su mano. –¿Y tú?
-Pediré otro de lo mismo. –Hizo una seña a la barra.
-Me llamo Estrella.
-Yo Arturo. Encantado de conocerla… –dudó un momento, pero tomó la mano que le tendía y depositó un beso en el dorso. Ella parpadeó y sonrió levemente.
-Bueno, Arturo, ¿y qué haces aquí? Este no es un sitio de ambiente…
-¿No… no ha venido usted acompañada? –Arturo miró entre la gente de la barra.
-Oh, sí, pero se han ido ya. Yo me he quedado porque me fijé en ti, y he estado esperando un rato más para asegurarme de que eras lo que pareces ser.
-¿Ah…? ¿y qué parezco que soy?
-Alguien que está solo y busca una compañía muy especial… –El camarero llegó en ese momento, dejó el servicio al joven, tomó el dinero y se fue. – Pero destilas tristeza, soledad, cansancio… no miras a nadie a tu alrededor, como si tuvieras miedo y no te merecieras a nadie.
Arturo bajó la mirada, con una sombra sobre sus ojos. Ella pasó su mano por la barbilla y se la levantó.
-Todo el mundo merece una oportunidad, y tú no vas a ser menos. Así que te vuelvo a preguntar: ¿qué haces aquí portando eso?
Arturo respiró hondo.
-Conozco la señal, pero no conozco ningún sitio… Aparte me dan un poco de miedo, por lo que pueda surgir…
-Un poco cobarde, ¿no crees? Y más con esa actitud tan… derrotada.
-Pues sí, para qué lo voy a negar…
-Sin embargo, has llamado mi atención. Eres joven, guapo y de apariencia discreta… ¿Qué esperas exactamente?
Arturo fijó sus ojos en los de Estrella con un poco de ansiedad.
-Es… es muy largo de contar… y ahora, ahora mismo no creo poder hacerlo, porque… bueno… no sé si podré aguantar el tipo.
-Muy bien. Iré por otro lado: ¿qué te hace pensar que eres quien dices ser? ¿Tienes experiencia en eso? Porque algo me dice que nunca has llevado una relación así.
-Mi… mi última amante, ¿sabes…? Eh, bueno, en realidad mi única amante en muchos años… En nuestros encuentros íntimos, me comporté con ella como me salía del corazón, acariciándola, besándola, respetando sólo sus deseos, olvidando por completo los míos… Estuvimos horas y horas así… Ella era mi reina, mi princesa, mi diosa… Fue maravilloso para mí, casi revelador…
-Entiendo… ¿y crees que eso es suficiente para adoptar ese rol?
-No lo sé. –Arturo clavó sus ojos en los suyos otra vez, de forma directa, transmitiendo sus dudas y su disposición. Estuvieron ambos un buen rato así, observándose mutuamente. –Llevo unos cuantos meses leyendo por internet, pensando, y… no lo sé.
-¿Qué ha sido de esa amante? –preguntó ella, llevándose el vaso a los labios.
-Se fue. Vive en otra ciudad, muy lejos de aquí, con su familia, su trabajo y sus amigas.
-¿Cómo fue vuestra relación?
-Breve e intensa. Cometimos errores, nos hacíamos daño mutuamente… Empezamos por internet, nos hablábamos por teléfono, vino aquí, nos conocimos, ella tenía dudas… En fin, tras unos meses de tira y afloja, terminamos.
-¿Sigues en contacto con ella?
-No. Hace más de medio año que no sé nada de ella.
-¿Por ti o por ella?
-Al principio por mí, pero ahora por ella.
-Entiendo… ¿y ahora qué esperas? ¿encontrar una sustituta, alguien que llene ese vacío que crees que es así?
-No lo sé… eeeh, no. El vacío… el vacío que siento ahora no es sólo por ella…
-¿Entonces…?
-Te lo he d… perdón, se lo he dicho antes: es largo de contar, y no sé si aguantaré sin derrumbarme…
-Tendrás que intentarlo.
Arturo inspiró profundamente y cerró los ojos con fuerza, concentrándose en filtrar las emociones y sacar la información de forma telegráfica.
-Mi vida se ha vuelto monótona, aburrida, sin ilusión, sin sentido. No tengo apenas ánimos, relaciones, me estoy encerrando, rehuyendo todo contacto con la gente, no tengo proyectos, incluso estoy faltando a lo más básico…
-Vaya plan.
-Así que, llevado por el recuerdo… mejor dicho, agarrándome a él casi como un clavo ardiendo, decidí transmitir mi disposición para… eh… para servir a quienquiera tomarme como tal –Arturo señaló levemente su discreto signo público -, y dejar en sus manos mi día a día, confiando en que de esa forma pueda recuperar la disciplina necesaria para llevarlo por mí mismo…
-¿Cualquiera? –señaló Estrella con algo de desdén. Arturo lo captó un poco al aire.
-Eh, bueno, no, por supuesto, cualquiera no… alguien como usted, por ejemplo, una mujer que sepa lo que quiere y cómo lo quiere, y que lo transmite e inspire en mí. Hablaríamos antes, ver si tenemos puntos en común, aficiones, gustos, opiniones… Es un paso muy importante, porque si accedemos ambos, lo que viene a continuación sería intenso, dejaría huella en ambos, y debería salir bien…
-¿Cuánto tiempo tienes previsto que dure?
-No lo sé. Días, semanas, meses… Mi disposición tampoco la tengo muy clara, creo que dependerá de ella… de usted, si decide tomarme a su servicio.

tumblr_mtonf9x7hP1rcnu4ao1_1280
(episodio siguiente)

miércoles, 15 de mayo de 2013

Felicitación navideña laboral 2011

 

De: xxxxxxxxxx@empresa.com

Datos adjuntos23/12/2011

Para: lista_oficina@empresa.com, lista_empresa_externa@empresa.com, lista_empresa@empresa.com

« Sólo aquellos que nada esperan del azar son dueños de su destino »

Arnord Matthew

Feliz Navidad y un 2012 lleno de ilusión es mi deseo para el futuro

Un cordial saludo

(logo empresa)

Xxxx Xxxx Xxxxxxxx

Director General

Tel: +34 xxx xx xx xx    Fax: +34 xxx xx xx xx  www.(EMPRESA).com

Parque Empresarial X

C\ X nºX, edificio X, planta X

X X, España

Ingeniería-Instalaciones-Servicios

Q Antes de imprimir este mensaje, asegúrese de que es necesario. Proteger el medio ambiente es cosa de todos.

En función de la LEY ORGÁNICA 15/1999, este mensaje de correo electrónico y sus documentos adjuntos están dirigidos EXCLUSIVAMENTE a los destinatarios especificados. La información contenida puede ser CONFIDENCIAL y/o estar LEGALMENTE PROTEGIDA y no necesariamente refleja la opinión de (EMPRESA). Si usted recibe este mensaje por ERROR, por favor comuníqueselo inmediatamente al remitente y ELIMÍNELO ya que usted NO ESTA AUTORIZADO al uso, revelación, distribución, impresión o copia de toda o alguna parte de la información contenida. Gracias.

This e-mail message and any attached files are intended SOLELY for the addressee/s identified herein. It may contain CONFIDENTIAL and/or LEGALLY PRIVILEGED information and may not necessarily represent the opinion of (EMPRESA). If you receive this message in ERROR, please immediately notify the sender and DELETE it since you ARE NOT AUTHORIZED to use, disclose, distribute, print or copy all or part of the contained information. Thank you.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

De: (fantasma de la ópera)

Datos adjuntos25/12/2011

Para: xxxxxxxxxx@empresa.com

Estimado sr. X:

Muchas gracias por este detalle de felicitación navideña. En los seis años que trabajé en su empresa, nunca he recibido algo así por parte de Vd. Comprenderá el grado de mi sorpresa, casi estupefacción, al comprobar que aún consto en su base de datos, toda vez que fui despedido hace un año y seis meses aproximadamente. Y aunque en todo este año que ahora termina tan sólo me he referido a Vds. para solicitarle al sr. Y un mero trámite burocrático (certificado de retenciones del IRPF del pasado año 2010), me congratula comprobar que aún me tienen en su listado de... de... no se me ocurre término exacto, ni siquiera sinónimo que se le acerque, aquí confieso con toda sinceridad mi ignorancia.

Sepa Vd., sr. X, que en el contexto actual en el que personalmente me encuentro, esa frase que cita del tal Arnold Matthew me suena bastante a recochineo cínico y provocador. Llevo año y medio en paro, el mismo tiempo que llevo independizado (sí, justo cuando me entregaron las llaves del piso largamente anhelado y esperado, Vds. me entregan la carta de despido). No entro a analizar las causas por las cuales se me despidió, eso lo sabe Vd. mejor que yo, ya que un humilde servidor no disponía de información privilegiada ni de contactos por los que hacerme valer. Pero sí le menciono que, en los años que he estado trabajando para su empresa, he puesto todo el ahínco, interés, esfuerzo y demás en cumplir con mi trabajo. Nunca me he quejado cuando me venían mal dadas (por ej., cuando corría urgencia la entrega de la obra X, o la ampliación de la empresa Y, en que trabajaba sábados y domingos en largas jornadas agotadoras, o se me proporcionaban de forma habitual herramientas defectuosas o material insuficiente y yo sacaba la faena como buenamente podía). Pero dadas mis circunstancias personales (minusválido sensorial con depresión recurrente, lo cual me hacía especialmente sensible y vulnerable a roces típicos con compañeros y superiores en un ambiente cuasi-carcelario, con resultado de bajas médicas), evidentemente eso no bastó para salvarme de la crisis que estamos padeciendo.

La sensación de impotencia que sentí entonces y que siento ahora al escribir estas palabras, reviviendo aquello, hace que no sea precisamente "dueño de mi destino", como afirma la mencionada cita. Cuando el azar me golpea con dureza inmisericorde (despido+hipoteca+depresión+sordera parcial+casa sin equipar -los muebles no se comen ni pagan la hipoteca cuando se está en las últimas y se sobrevive con ahorros- +aislamiento social) yo no puedo esperar del azar más que una degradación implacable y cada vez más inminente, contra la que me encuentro completamente indefenso y bloqueado para reaccionar e intentar salir de ésta por mis propios medios.

Pero todo esto es una mera interpretación de esa cita del sr. A. Matthew, que como todas las citas son interpretadas según el cristal con que se mire.

Lo que sí me atrevo a echarle en cara, Sr. X, es su contribución a ese obsceno fenómeno mediático que es el Real Madrid C.F. y su "estrella" Cristiano Ronaldo(*). Contribución que espero sea involuntaria por su parte, pero contribución al fin y al cabo, y que además presupongo de un volumen extraordinario: las ganancias que obtiene de los negocios que emprende Vd. a lo largo y ancho del globo. Todo legal, por supuesto, pero en el contexto actual de crisis, con millones de desempleados en el país, uno de los cuales se alza para manifestarle por la presente la absoluta inmoralidad de semejante disparate social, económico y empresarial.

Porque no dudo de su espíritu emprendedor, Sr. X, completamente fundado y enérgico. No obstante, a un nivel más entre el suyo y el mío, destaco la cantidad de trepas, caraduras y lameculos inútiles de los que se rodea Vd. Algunos de los cuales acceden a sus puestos como resultado indirecto de suculentos negocios de mantenimiento realizados con padres, hermanos, amigos, etc. de los mencionados, que ocupan puestos de gran responsabilidad en el otro lado de la mesa de negociaciones.

Enchufados que, por lo que veo por su email, no realizan su trabajo con eficacia. No se han molestado en "filtrar" ni actualizar las listas de emails de su empresa, apareciendo yo en ellas sin motivo válido alguno.

Supongo que la presente se perderá en su buzón electrónico por el gran volumen de su correspondencia y lo valioso de su tiempo, o será filtrada por comandos de software o bien censurada previamente por algún empleado suyo, o bien ignorada por Vd. mismo, así que todo este esfuerzo será en vano. Pero mi tiempo es mío, y considero adecuado aprovechar el espontáneo puente de comunicación tendido entre Vd. y yo y escribirle la presente.

Le deseo también con toda sinceridad un feliz y próspero (nunca mejor dicho) año nuevo 2012 para Vd., su familia y su empresa, ya que he precisado de estos días pasados, entre los que se incluye Navidad, para preparar esta respuesta y afinarla lo más convenientemente posible.

Un saludo.

(Fantasma de la Ópera).

Parado sin ilusión.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

De: xxxxxxxxxx@empresa.com

25/12/2011

Para: (Fantasma de la Ópera)

Estimado Sr (de la Ópera)

Lamento profundamente este error que en ningún caso pretendía molestarle

Le deseo un feliz 2012 y lo mejor para el futuro

Xxxx Xxxx Xxxxxxxx
Director General
(EMPRESA)

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

(*): la (EMPRESA) pertenece al grupo ACS, de la cual es presidente Florentino Pérez, que también preside el Real Madrid C.F.

domingo, 17 de febrero de 2013

Nota social.

Hace poco escribí un email a todos mis familiares y amigos con los que tengo trato habitual.

Hola.

Aquí mando el enlace del vídeo de la magistral intervención de esta señora que, con los ovarios bien puestos, ha puesto en su lugar al Congreso.

https://www.youtube.com/watch?v=p0iS3fL42g0

Por favor, miradlo por completo y divulgadlo. Dura casi 3/4 de hora, pero no tiene desperdicio. Engancha desde el principio, desgrana palabras valientes y realistas, y no se achanta ante nadie, diciendo las cosas por su nombre.

Quizás incomode un poco su abuso de coletillas, producto de su nerviosismo y su falta de costumbre al ceñirse al lenguaje oficial que usan en esos sitios, pero eso en el fondo es un aliciente para comprobar la importancia de lo que comunica, ya que a ella le importan poco las formas, e intenta atenerse constantemente a lo que dice, y subraya lo mucho que se tiene que callar por no perderlas y por aprovechar el tiempo de la comparecencia al máximo.

Una cosa más: a veces, sobre todo después de la primera media hora, la reproducción del vídeo se para en seco y sale un aviso de Youtube diciendo que ese vídeo no está disponible. No hagáis caso: dad a "retroceder" en el navegador y ejecutad otra vez la visión del vídeo, adelantando el cursor hasta el momento de ese error de Youtube, y vedlo y escuchadlo por completo. Si tras el final, estáis interesados en ver cómo siguió esa sesión, o cómo comenzó, podéis acudir a los "vídeos relacionados" que aparecen en la columna de la derecha.

Lo del error de Youtube lo digo porque tengo que verlo cada día para infundirme algo de esperanza. Esperanza por la justicia, por que impere la cordura, el sentido común y la solidaridad. Tengo que verlo cada día a modo de oración matutina-desayuno mental, para infundirme de la facilidad de la palabra hablada, de tener claro cuanto se quiere decir, que tanto echo de menos en mi vida.

Sé que el email es un medio muy depauperado entre vosotros, que estáis por el What's app, por los textos breves e inmediatos, y por que os lo den todo masticado, al instante y sin necesidad de pensar. Pero... quiero haceros partícipe de una reflexión: como bien deja entrever esta señora, se está acercando un estallido social. Y yo personalmente estaré en primera fila por la cuenta que me trae. Así que actuad conforme a vuestras aletargadas conciencias y ateneos a ellas. Yo lo haré con la mía, caiga quien caiga.

Un saludo.

Sólo añadir una conclusión: en todas mis anteriores entradas, he mantenido un tono y una postura más o menos conciliadoras, tolerantes, lejos de radicalismos y de visceralidades. Pero con las últimas palabras, dejo entrever que eso ya no es así. Y es cierto: nos están radicalizando. A mí se me ha agotado la paciencia, y me falta esto ( ) para echarme a la calle y empezar a dar patadas a los coches blindados oficiales en que suelen ir los banqueros, políticos, directivos de empresas y demás morralla dirigente, y al diablo con las consecuencias.

P.D.: Actualización: buscando entre vídeos relacionados, he encontrado éste que deseo incluir aquí.

https://www.youtube.com/watch?v=2S0AV-AHfww

Que es la respuesta de esta señora a las diferentes intervenciones posteriores a la suya por parte de los presentes, y que viene a añadir más detalles a esta tragedia social.

lunes, 17 de diciembre de 2012

“¿Quién es Arturo?”

Hace dos meses aproximadamente, una mujer me escribió a raíz de leer un blog mío al que llegó por pura casualidad. Se interesaba por mí, por mis circunstancias actuales, mi estado sentimental, me preguntó si era feliz. Yo le respondí con cortesía, pero con toda sinceridad, breve y tajante, saliéndome una especie de ladrillo que venía a plantar los pies en la tierra. No era feliz, tenía muchos problemas que afrontar, me veía incapaz de despegar anímica y sentimentalmente, incapaz de prosperar... No obstante, ella insistió, y...

Bueno, dos meses después, en el que tuvimos nuestros más y nuestros menos, dos encuentros intensos y una amistad a toda prueba, me ha escrito lo siguiente para que lo publique aquí, en mi blog. En nuestro último encuentro, tras una observación mía completamente espontánea, me miró a la cara y con un ojo abierto, el otro semicerrado, y media sonrisa, dijo: "-Tenemos que buscarte novia".

Lógicamente, por discreción y caballerosidad, no diré nada más excepto que es una auténtica dama, alguien por quien muchos hombres perderían la cabeza y el corazón no sólo por su cuerpo, sino sobre todo también por su coraje, nobleza y tenacidad, forjadas en duros trances vitales.
 
Hola a todas aquellas mujeres que busquen a alguien especial en sus vidas, alguien que les haga sentir, alguien que les cuide, alguien que despierte todo su potencial sexual... quiero hablaros de Arturo, un hombre maravilloso que ha sido mi amante y con el que, por circunstancias de la vida, no puedo estar. 
Quiero hacerlo, porque añora una nube, en forma de mujer, que pueda llenar su soledad y sea capaz de quererle cono merece. 
Para todas aquellas, que aun creáis que podéis encontrar a una persona especial, va dirigido este post.
 
Arturo, tiene la piel suave, los ojos luminosos y profundos, cuando esta contento.
Arturo, tiene la risa alegre, joven y jovial, que siempre acaba, en una carcajada incontenible.
Arturo, tiene los labios gruesos, y los utiliza, para colmarte de besos.
Arturo, es sensible, en todas las facetas de su vida.
Es sensible cuando te escucha
Es sensible cuando escribe
Es sensible cuando te toca
Es sensible cuando te ama
Arturo, es un gran amante, entregado, ocurrente, hábil , muy, muy salido, complaciente, cariñoso, muy generoso y una vez mas, sensible.
 
Arturo, es sincero, buena persona, y respetuoso con todo el mundo.
Arturo, es de verdad.
Arturo tiene opinión sobre todas las cosas, normalmente acertada.
Arturo, tiene una capacidad de amar ilimitada.
Arturo tiene, secretos ocultos, maravillosos secretos...que te hacen vibrar...
Arturo, te puede hacer sentir, como una reina, adorada, especial, sexy, femenina, guapa y mujer totalmente mujer.
Arturo, tiene defectos, como todo el mundo, pero tu, puedes ayudarle a superarlos.
 
Arturo, es alguien con el que siempre puedes contar, por que siempre te dará, lo mejor de el.

Y esto es todo. No queda más que agradecer muy sinceramente el apoyo que he recibido, una muestra del cual es este texto, valioso para mí como pocos.