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martes, 23 de agosto de 2016

Siempre serán los otros.

Cuando pienso en la implacable degradación del entorno de vida, me vienen a la cabeza las duras condiciones de los obreros y campesinos durante la revolución industrial, una de las etapas más crueles y oscuras de la Historia moderna europea. Y me personifico ahí, y pienso en qué demonios debían sentir esas personas, esos seres sin alma, para seguir adelante, qué tipo de esperanza les llevaba a levantarse cada día y ponerse, por un salario de miseria, ante la máquina o tarea que les acompañaría las siguientes 12 o 14 horas, un día, y otro, y otro, y otro, durante semanas, meses y años, los anhelos y sueños que les motivaban y perseguirían...

Y porqué no se suicidaban cuando éstos no se cumplían por mucho que lo intentaran.

Quizá sí lo hacían, y de forma habitual. Probablemente fuera un fenómeno de masas. Pero la ceguera social que siempre acompaña a los tabúes impediría que llevaran registros, o se tergiversara su lectura estadística, por ejemplo accidentes o enfermedades derivadas de dichas tareas que se los llevaban a puñados, o se comentara entre círculos sociales, principalmente tabernas, aunque fuera de pasada, porque todos presentían a dónde llevaría aquello, de profundizar demasiado, aunque fuera bajo los efectos del alcohol trasegado diariamente en grandes cantidades. Los del mismo estrato social, por sentir que aquella salida debía atenazarles como la única que les quedaba (a los acomodados ni siquiera los contemplo aquí). Supongo que eludían el pensamiento diciendo que siempre serán los otros. Los otros los que caerían, los otros los que se irían, los otros los que no serían capaces, los otros los que sufrirían las consecuencias, los otros los que enfermarían. No ellos ni sus seres queridos. Si es que los tenían. Aquélla no era época donde los amores filiales brillaran por su abundancia y calidad. Si es que algo podía brillar entre tanta mugre, tanto barro, tanto humo y niebla característicos de la sociedad victoriana de entonces.

Siempre eran los otros.

Y la sociedad actual, del siglo XXI, tiende a eso. La sobreexplotación laboral, la escasez de dinero disponible, la corrupción e injusticia generalizados a todos los niveles, la precarización y la temporalidad del trabajo... La globalización con el sureste asiático, hispanoamérica, los países árabes que toleran la presencia de empresas de producción intensiva en condiciones infrahumanas, cuyas plantillas de taller conforman el estrato social equivalente al de Europa en la revolución industrial, y que ahora se propaga como una plaga, incendiando todo avance conseguido con no poco sacrificio pasado... Mientras, y también como antaño, unos cuantos potentados lo son más aún, acaparan todo recurso e influencia, hacen negocios miserables con la desesperación de la gente, mucha de la cual se resigna como la gran masa de finales del siglo XIX. La diferencia de aquélla a ahora es que a medio plazo se proponían modelos sociales alternativos que se llevaban a cabo con mejor o peor fortuna. Ahora se ha visto a dónde conducen, la perversión que conlleva si se usan mal o se cometen y consienten abusos, y la resignación es aún mayor, si cabe.

Siempre serán los otros.

Y ahora soy uno de ellos.

Estoy a las puertas del suicidio. Hace seis años que no trabajo, mis ahorros se han agotado, por primera vez en mi vida no voy a llegar a fin de mes, la hipoteca me atenaza, mi nevera y despensa están vacías, he perdido por completo la forma física, y no veo salida digna a esto.

Conforme pasan los días, y según me da, pienso en diferentes métodos. Hace semanas pensaba en encerrarme en mi coche con una manguera en el tubo de escape, atiborrándome previamente de una sobredosis de ansiolíticos para anular cualquier reflejo de supervivencia. Nunca lo he llevado a cabo, pero está ahí. Últimamente pienso en coger un cuchillo y tumbarme sobre él en la cama. Y esto sí lo he probado, dos veces ya, pero siempre me echo a un lado, derrotado y hecho un guiñapo.

"Cobarde" me digo, hundiéndome aún más. Pasan los minutos, me levanto en modo automático, guardo el cuchillo... y sigo haciendo cosas diarias.

Esta mañana me he despertado de madrugada y, completamente planchado, he probado a contener la respiración. Ha sido lo más lejos que he llegado, pero al final la vida se ha impuesto, pese a lo negra que pinta.

Busqué en Google métodos caseros de suicidio indoloros, y me sale el puñetero e hipócrita teléfono de la esperanza. He estado en la delegación de esa organización de mi ciudad, y no me sentí nada bien atendido. Basta con no incluir la palabra suicidio y derivados en la búsqueda.

A modo de detalle al margen, encontré por ahí un esquema, el modelo de Kübler-Ross,


en donde me podía ver identificado (como podría verme en cualquier mapa, estado o sitio, por ejemplo comida para buitres en el ciclo de la materia orgánica), y supongo que esta entrada y la anterior vendrían a incluirse en la etapa de "Negociación". Una negociación con algo o alguien invisible pero implacable... Pero cuando se acaba el dinero, no hay negociación que valga.

También influye la sensación de no tener nada que perder.

Esto se acaba. Seguiré escribiendo aquí en tanto tenga ganas, motivos y entereza suficientes como para ordenar mis pensamientos y conclusiones. Y si consigo medios para seguir con mi vida. Pero si algún día no contesto, o dejo de escribir, aquí dejo constancia del porqué.

viernes, 5 de febrero de 2016

Ella está ahí por ti, ¿sabes?


Está a tu lado por ti. Así que demuéstrale lo que significa. Podía haber elegido a cualquier otro, podía haber elegido estar sola, como cada vez más gente sobre la faz de la tierra. Pero no. Te ha elegido a ti, y quiere estar contigo. Sus brazos quieren abarcarte, sus manos quieren palparte, sus ojos quieren llenarse de ti, sus oídos no desean perderse una onza de tu voz, su mente está muy pendiente de ti. Así que trátala como se merece, como lo que es, como una reina, tu reina. Puede que la semana que viene, el mes siguiente, o dentro de un año sea la reina de otro. Pero en este momento está contigo, está por ti, así que no eches a perder la ocasión. Vulgo, no la cagues.

¿Por qué? Porque ha percibido algo en ti que ha despertado un eco más profundo de lo que estaba dispuesta a admitir. Porque ha tenido un pálpito sobre ti, porque algo tuyo le ha llamado la atención, un gesto, una mirada esquiva, un rubor, un tembleque o un tic, o la suma de todo eso, que ha decidido arriesgarse a permanecer contigo para ver hasta dónde podía llegar y conocerte mejor mientras tanto, ver si estaba equivocada y si valía la pena abrirse a ti.

Porque tal y como está el mundo, quizá ni ella misma se lo esperaba esa misma mañana, ante el espejo. Recién salida de la ducha, el pelo húmedo, la cara todavía con trazas de sueño pese al contraste vivificador del agua corriendo sobre su piel, no se imaginaría que diez, doce horas más tarde su atención estaría copada por un imprevisto encuentro, por una posibilidad de conocer a alguien que le ha roto los esquemas.

Quizá no seas consciente de la oportunidad que te presenta el destino. Tú, que cada pocos días te dejas llevar por incontenibles vapores en hermosa silueta de mujer, como tantos y tantos hombres a tu alrededor, puede que consideres este encuentro fortuito como algo normal y cotidiano. Pero no lo es.

Quizá te niegues a abrirte del todo, por una comprensible reacción al abandono, a retornar a la soledad y querer volver a estos momentos, pero es ley de vida. Lo que cuenta es aquí y ahora, el futuro se escribirá solo. Trátala en esos momentos como si estuviera a tu lado el resto de tu vida. Y probablemente así sea, porque dependiendo de cómo te comportes ahora, dejará un recuerdo indeleble en tu fuero interno.

Así que ten cuidado. Avanza siempre con pies de plomo. Da tú el primer paso si es preciso, pero respeta su espacio, su iniciativa, su posible negación, tanto en ese momento como en el siguiente. Y ni se te ocurra por asomo tomarte la más mínima confianza en vuestra intimidad, a menos que sea para bien, para sorprenderla, para agradarla. Puede que en tu fuero interno alardees de tratar con muchas mujeres, que sabes lo que necesitan, sus puntos sensibles, sus señales... pero no te engañes: cada mujer es distinta, y pese a que según tu experiencia puedan coincidir, se guían por algo que tienen muy dentro, que guardan muy celosamente, y que no revelan así como así.

¿Si ella se deja mirar? Mírala siempre a los ojos. ¿Se deja abrazar? Manos a su espalda sin bajar de la cintura. ¿Coge tu mano y la posa en su cadera? Acaríciala despacio, sin brusquedades ni presiones. ¿Te guía hacia los tirantes de su ropa interior? Aflójala o quítasela con mimo y respeto, poco a poco. ¿Que ella se abandona en tus brazos, pidiendo más? Tú no. Nunca te abandones. Permanece atento a sus señales. No temas preguntar. Provócale una carcajada si es necesario, pero ten muy presentes tus objetivos. Y tus objetivos son los suyos, los que hacen que ella confíe plenamente en ti en esos momentos tan intensos. También ten presentes tus señales: ¿que sabes que en breve te vas a lanzar como caballo desbocado? Soooo, caballo. No es una yegua. Será igual de bella y briosa, pero muérdete el labio antes de soltarte las riendas. ¿Te hace daño con sus pellizcos, arañazos, mordiscos, manotazos o puntapiés? Aguanta. Por lo que más quieras, aguanta. Que un hombre pierda el control está muy bien para las películas, los libros o relatos, pero la realidad es que el hombre debe mantener la cabeza fría hasta el final porque lo más seguro es que le hagas daño y se eche atrás o se vaya de tu lado...

...

...

...

...

Bien. Si has llegado hasta aquí, si has conseguido cristalizar todo cuanto te he transmitido en una bella y sugerente estampa, y estás listo para ir un paso más allá, detente, respira hondo, coge esa... esa burbuja de cristal con las dos manos...

... y, como diría el profesor rebelde de El club de los poetas muertos, rómpela. Estréllala contra el suelo. Sin miedo, sin reparos. Álzala sobre tu cabeza y lánzala contra el suelo, que se deshaga en mil pedazos, y que el chasquido se convierta en música. Luego da media vuelta y vete. Mejor esto que sufrir lo que puede venir a continuación.

Posible denuncia por acoso, por tocamientos, por violación. Basta una llamada telefónica por su parte. Como poco, noche en el calabozo. Seguramente te echará de tu casa, se quedará con tu coche, una pensión a tu costa y parte de tus ahorros. Sin comerlo ni beberlo, tú, un buen hombre, ahorrador, sufridor, trabajador, sacrificado, honrado, te has visto de la noche a la mañana reducido a un número de acusados por violencia sexual.

Pues a eso es a lo que nos ha conducido la ley de violencia de género. A tratarnos a todos los hombres como potenciales violadores. Sin distinción, por igual. La inmensa mayoría no somos culpables, pero sí nos han convertido en víctimas. A todos. Y como todas las víctimas que están a tiempo, huye.

¿Que deseas estar con esa mujer más que nada en el mundo? ¿que estás seguro de que ella no te quiere ningún mal, que te ha manifestado su deseo de estar contigo? Adelante, pues. Pero bajo tu entera responsabilidad. Echa un vistazo a tu futuro a corto y medio plazo si ella decide ir por ahí una vez has caído en su posible trampa.

Puede que dicha ley no sea tal, que sólo sean rumores, exageraciones, reacciones manipuladas de colectivos que están en contra de dicha ley. Pero creo que bastará una búsqueda por internet para ponerte en guardia, como mínimo.

Puede que tú no seas un maltratador. Si no lo eres, entonces tranquilo. Retírate igualmente, respira hondo otra vez, conciencia en calma, desahógate en solitario y piensa en los hombres que como tú tampoco son maltratadores pero sí han caído víctimas de brujas que abusan de ese poder nefasto que les ha dado esa ley... Si todos los hombres hiciéramos piña y nos retiráramos en momentos clave, ya veríamos en qué quedaría la cosa. Aunque dada nuestra fama, lo galopante de nuestras hormonas, la posición social que da estar en buena compañía y exhibirla, lo fácilmente manipulables que somos en ese sentido, lo veo imposible.

Pero si lo eres, si eres un maltratador, si te gusta tener dominadas a las mujeres ("la mujer en casa y con la pata quebrá")... entonces léete esto. Es antiguo, pero mantiene toda su fuerza.

domingo, 24 de mayo de 2015

Victis entre Roma y Toledo.

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Molesta ausencia de clavos

para asir en la pared

aquel mi hermoso cuadro

de paisaje en mi otra piel.

 

Pica al toro por su lidia

su sangre escupe en torrentes;

sangre que el pródigo envidia

con preces maledicentes.

 

Piedras y obras de castillo

como a Dios su catedral;

todo amontonado y listo

mas ¿dónde se construirá?

 

Alienaos, mis neuronas,

alienaos en camino;

pues, para guiar la aurora,

mi sol ha recién nacido.

 

Diamantes que flotan crudos

en crepúsculos sin olas;

lágrimas, o sangre incluso,

derramo si me los roban.

 

En mi recóndito estanque

también se baña mi Leda;

cisne apresado en la margen…

cisne sin pluma ni aletas.

 

Domina el sol por el día,

devora todo lucero;

de noche, allá porfían

en zodíaco y sin celos.

 

Color verde visto en rojo,

color verde, ¿dónde estás?

Letra escrita que yo escojo,

letra escrita... que se va.

 

Vete de aquí, Galatea,

vampiro de mis mentiras.

Si esculpiéndote siguiera

al final, me vaciarías.

 

Por cada esquirla que arranco

veinte más se desperdician.

Modestia me manda abajo,

pero abajo está Avaricia.

 

Tras un viril espejismo,

me perdí en este desierto;

su arena ahora es mi abismo,

y el sol azul, mi universo.

 

Zeus y Ares también escuchan,

y me anuncian sus heraldos:

si sigues solo en tu lucha,

vendrá Apolo en tu respaldo.

 

Confieso a todos que robo

hierro y pimienta del tiempo

para echar al rojo adobo

ociosos trozos de cierzo.

 

Todos los demás maldicen

cuando arquean sus flaquezas,

las mismas que a mí me impiden

cazar y bajar la testa.

 

Cadáver de lápiz roto

entre baldosas y asfaltos

suspira tu último voto

de esbozar un sueño en blanco.tumblr_n6pnq2MxhI1tc258so9_r1_1280

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No te culpes más, idiota,

piso y pateo yo en mí,

que por lo que a mí me toca,

también estoy solo aquí.

martes, 1 de abril de 2014

Lecturas colaterales y harina de sueños.

Pompeya de aluminio, que has batallado contra el acero candente, ruega por nosotros.

Ladrillo encima de ladrillo, Hércules detrás de Héracles, hombre debajo de mujer, y seno al lado de la luna, rogad todos por nosotros.

Mondadientes, ven y escarba las onzas de platino que quedaron de la hambruna de ayer. Pero antes, ruega por nosotros.

Dragoncete achaparrado, durmiendo en forma de cenicero con sonrisa satisfecha incluida, ruega por nosotros.

Fantasía y superstición puras hechas ciencias exactas con las que se basan muchas reglas sociales de vida o muerte, rogad por nosotros.

Conchas insulsas, insultos vacuos, monstruos de feria vacíos que se llenan de ambas cosas, largaos todos de aquí a la chita callando, u os machaco con una lima del veinticinco.

Babas electrónicas, base de toda vida, base de toda comunicación, íntima o pública, no os deforméis más en la base de mi cerebro, y reformaos conforme a la vida que estoy intentando llevar.

¿Por qué las jaulas están ahí enjauladas sin poder salir al mundo a gritar que están ahí? Porque los barrotes que las contienen son los más duros del mundo: los del autoconvencimiento de su inutilidad.

¿Por qué las bellísimas siluetas tantálicas responden constantemente a mis continuas llamadas, pero en cuanto avanzo la mano, éstas se difuminan y desaparecen? Porque están hechas de la inmateria de los sueños.

 

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sábado, 25 de enero de 2014

Sáhara, Atacama, Kalahari, Gobi, venid a mí.

¿Desiertos? ¡já!

Puedo internarme en uno, y os aseguro que anímicamente no habría diferencia.

De hecho, la indiferencia es lo que me protegería del sol y me abrigaría por las noches.

Pero lo que protegería esa indiferencia no es algo valioso, ni siquiera llamaría la atención en dichos entornos.

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Empatizo con los eremitas de espacios abiertos: no ven ni oyen a nadie, así que no se hacen ilusiones con nadie. Los horizontes que les rodean son demasiado lejanos como para humanizarlos y esperar una respuesta. Y si dicha respuesta tiene lugar por circunstancias incontrolables, se la ve venir desde lo lejos: primero en forma de espejismo, luego en silueta muy difusa, que se va concretando poco a poco, para pasar a un contorno nítido y hacerse una idea de qué es, controlando entonces la actitud a tomar. En cambio, en conglomerados de gente, siempre se espera un mínimo de atención, un “poco de por favor, que estoy aquí”, y esa esperanza, pese a negarla, siempre es alimentada por la cercanía física.

A la mierda con todo y con todos.

 

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domingo, 17 de febrero de 2013

Nota social.

Hace poco escribí un email a todos mis familiares y amigos con los que tengo trato habitual.

Hola.

Aquí mando el enlace del vídeo de la magistral intervención de esta señora que, con los ovarios bien puestos, ha puesto en su lugar al Congreso.

https://www.youtube.com/watch?v=p0iS3fL42g0

Por favor, miradlo por completo y divulgadlo. Dura casi 3/4 de hora, pero no tiene desperdicio. Engancha desde el principio, desgrana palabras valientes y realistas, y no se achanta ante nadie, diciendo las cosas por su nombre.

Quizás incomode un poco su abuso de coletillas, producto de su nerviosismo y su falta de costumbre al ceñirse al lenguaje oficial que usan en esos sitios, pero eso en el fondo es un aliciente para comprobar la importancia de lo que comunica, ya que a ella le importan poco las formas, e intenta atenerse constantemente a lo que dice, y subraya lo mucho que se tiene que callar por no perderlas y por aprovechar el tiempo de la comparecencia al máximo.

Una cosa más: a veces, sobre todo después de la primera media hora, la reproducción del vídeo se para en seco y sale un aviso de Youtube diciendo que ese vídeo no está disponible. No hagáis caso: dad a "retroceder" en el navegador y ejecutad otra vez la visión del vídeo, adelantando el cursor hasta el momento de ese error de Youtube, y vedlo y escuchadlo por completo. Si tras el final, estáis interesados en ver cómo siguió esa sesión, o cómo comenzó, podéis acudir a los "vídeos relacionados" que aparecen en la columna de la derecha.

Lo del error de Youtube lo digo porque tengo que verlo cada día para infundirme algo de esperanza. Esperanza por la justicia, por que impere la cordura, el sentido común y la solidaridad. Tengo que verlo cada día a modo de oración matutina-desayuno mental, para infundirme de la facilidad de la palabra hablada, de tener claro cuanto se quiere decir, que tanto echo de menos en mi vida.

Sé que el email es un medio muy depauperado entre vosotros, que estáis por el What's app, por los textos breves e inmediatos, y por que os lo den todo masticado, al instante y sin necesidad de pensar. Pero... quiero haceros partícipe de una reflexión: como bien deja entrever esta señora, se está acercando un estallido social. Y yo personalmente estaré en primera fila por la cuenta que me trae. Así que actuad conforme a vuestras aletargadas conciencias y ateneos a ellas. Yo lo haré con la mía, caiga quien caiga.

Un saludo.

Sólo añadir una conclusión: en todas mis anteriores entradas, he mantenido un tono y una postura más o menos conciliadoras, tolerantes, lejos de radicalismos y de visceralidades. Pero con las últimas palabras, dejo entrever que eso ya no es así. Y es cierto: nos están radicalizando. A mí se me ha agotado la paciencia, y me falta esto ( ) para echarme a la calle y empezar a dar patadas a los coches blindados oficiales en que suelen ir los banqueros, políticos, directivos de empresas y demás morralla dirigente, y al diablo con las consecuencias.

P.D.: Actualización: buscando entre vídeos relacionados, he encontrado éste que deseo incluir aquí.

https://www.youtube.com/watch?v=2S0AV-AHfww

Que es la respuesta de esta señora a las diferentes intervenciones posteriores a la suya por parte de los presentes, y que viene a añadir más detalles a esta tragedia social.

lunes, 17 de diciembre de 2012

“¿Quién es Arturo?”

Hace dos meses aproximadamente, una mujer me escribió a raíz de leer un blog mío al que llegó por pura casualidad. Se interesaba por mí, por mis circunstancias actuales, mi estado sentimental, me preguntó si era feliz. Yo le respondí con cortesía, pero con toda sinceridad, breve y tajante, saliéndome una especie de ladrillo que venía a plantar los pies en la tierra. No era feliz, tenía muchos problemas que afrontar, me veía incapaz de despegar anímica y sentimentalmente, incapaz de prosperar... No obstante, ella insistió, y...

Bueno, dos meses después, en el que tuvimos nuestros más y nuestros menos, dos encuentros intensos y una amistad a toda prueba, me ha escrito lo siguiente para que lo publique aquí, en mi blog. En nuestro último encuentro, tras una observación mía completamente espontánea, me miró a la cara y con un ojo abierto, el otro semicerrado, y media sonrisa, dijo: "-Tenemos que buscarte novia".

Lógicamente, por discreción y caballerosidad, no diré nada más excepto que es una auténtica dama, alguien por quien muchos hombres perderían la cabeza y el corazón no sólo por su cuerpo, sino sobre todo también por su coraje, nobleza y tenacidad, forjadas en duros trances vitales.
 
Hola a todas aquellas mujeres que busquen a alguien especial en sus vidas, alguien que les haga sentir, alguien que les cuide, alguien que despierte todo su potencial sexual... quiero hablaros de Arturo, un hombre maravilloso que ha sido mi amante y con el que, por circunstancias de la vida, no puedo estar. 
Quiero hacerlo, porque añora una nube, en forma de mujer, que pueda llenar su soledad y sea capaz de quererle cono merece. 
Para todas aquellas, que aun creáis que podéis encontrar a una persona especial, va dirigido este post.
 
Arturo, tiene la piel suave, los ojos luminosos y profundos, cuando esta contento.
Arturo, tiene la risa alegre, joven y jovial, que siempre acaba, en una carcajada incontenible.
Arturo, tiene los labios gruesos, y los utiliza, para colmarte de besos.
Arturo, es sensible, en todas las facetas de su vida.
Es sensible cuando te escucha
Es sensible cuando escribe
Es sensible cuando te toca
Es sensible cuando te ama
Arturo, es un gran amante, entregado, ocurrente, hábil , muy, muy salido, complaciente, cariñoso, muy generoso y una vez mas, sensible.
 
Arturo, es sincero, buena persona, y respetuoso con todo el mundo.
Arturo, es de verdad.
Arturo tiene opinión sobre todas las cosas, normalmente acertada.
Arturo, tiene una capacidad de amar ilimitada.
Arturo tiene, secretos ocultos, maravillosos secretos...que te hacen vibrar...
Arturo, te puede hacer sentir, como una reina, adorada, especial, sexy, femenina, guapa y mujer totalmente mujer.
Arturo, tiene defectos, como todo el mundo, pero tu, puedes ayudarle a superarlos.
 
Arturo, es alguien con el que siempre puedes contar, por que siempre te dará, lo mejor de el.

Y esto es todo. No queda más que agradecer muy sinceramente el apoyo que he recibido, una muestra del cual es este texto, valioso para mí como pocos.

viernes, 23 de noviembre de 2012

¿Ya estás aquí otra vez?

Y te irás otra vez, sí. Cuanto antes mejor. Pero te conozco demasiado bien, no me soltarás hasta haberme sorbido toda la sangre, toda mi ansia de vivir.

¿Un simple y pequeño tropiezo, y te cuelas y te adueñas de todo? Pues vale. No soy una máquina perfecta. Es un error muy común intentar mantener siempre el mismo nivel de ánimo, día tras día. En ocasiones no me percato de ello, y empiezo a quemar las naves para mantener dicho nivel, sea a costa de lo que sea; por tanto la caída posterior será más grande y dolorosa.

Pero siempre me levantaré y volveré a tender a mi perfección, a mi humilde proyecto del día a día.

¿Colocas un cristal gris allí donde intento ver luz? Pues vale. Sé que al final lo quitarás, y entonces la luz entrará con más fuerza que nunca en mí. Y aunque sé que volverás a ponerlo mucho más adelante, intentaré que los momentos de luz sean más intensos. Que esperarlos sea el principal motivo de mi resistencia a tus embates.

¿Desvías mis razonamientos hacia los rincones más hundidos? Pues vale. A veces ahí también se encuentra la luz. A veces es necesario bañarse en la oscuridad más tangible para rehacer los ojos y apreciar pequeños brillos allí donde no es posible distinguirlos por la refulgente luz que creo es mi motor diario.

Y subiré, y volverá a alumbrarme, pero ahora sin mirar fijamente y prestando más atención a los detalles.

¿Me bloqueas mental y casi físicamente? Pues vale. Si me quitas las fuerzas, no sirve de nada pelear. Adelante, cébate en mí, quítame la sangre, como decía al principio. No voy a intentar pelear porque estás tan metido en mí, tan infiltrado, que veo las ramificaciones de tu hediondo líquido por mi parcela, mi cuerpo y mi fantasía.

Pero también sé muy bien que te irás, y que cuando te vayas, te llevarás contigo todo eso, y me dejarás como nuevo, listo para que lo invada la luz, la alegría y las ganas de vivir y de compartir.

¿Te cebas en mis pasos en falso, en los dos pasos atrás que debo dar por cada tres que doy de buena gana? Aunque hayan transcurrido un mes o veinte años. Pues vale. Cada intento que hago de conocer gente, de entablar una simple conversación, ya es un paso valioso en sí. Si lo di por instinto, si me lancé al vacío sin distinguir el fondo ni sus límites, eso que me queda, el paso en sí, y no podrás quitármelo. Igualmente cada decisión que tomo, y que con el tiempo se revela el error y que tú intentas magnificar, es parte de mi condición de no-máquina. Aparte, incluso las máquinas también se equivocan, sólo que ellas siguen machaconamente a su ritmo pese a que se autodestruyan al estar con sus rígidas condiciones de funcionamiento alteradas.

No tienes ningún poder sobre mí, excepto quizás el ser parte indivisible de mi forma de ser.

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lunes, 1 de agosto de 2011

En paro.

Ya ha pasado poco más de un año desde que me despidieron de la empresa. Trabajaba como instalador de telecomunicaciones (telefonía, radiofrecuencia –antenas y CATV-, fibra óptica y redes locales centralizadas), con muchas incursiones en la electricidad pura y dura, la industrial. La que va a camionadas y grúas virtuales, en vez de hilillos domésticos, gota a gota. En dicha empresa no estaba muy a gusto, pues a pesar de mi empeño y mis esfuerzos en aprender, mi rendimiento en tareas primordiales no era bueno. En consecuencia, no se me asignaban tareas de responsabilidad. Era el que limpiaba, el que iba a por una herramienta a la otra punta del recinto, el que vigilaba fuera de la arqueta porque no servía para apenas nada más… Nunca he tenido la habilidad manual suficiente como para equipararme con mis compañeros, pese a mis empeños y mis intentos de prácticas y soltura. Lo cual era un poco pescadilla que se muerde la cola: no tenía soltura, no me ponían a conectar por no perder el tiempo, no podía coger soltura… Las pocas veces que conseguía ponerme a ello era tan torpe y tumblr_m6gv04wX4z1qzxfy9o1_1280tardaba tanto, que la actitud de mis compañeros era determinante. Manipular cables del grosor de un dedo pulgar para pelarlos, tratando cada capa de una forma distinta, y terminar operando con fibras de vidrio más frágiles que un cabello, es como mezclar un leñador de hacha con un relojero. Esto en el caso de la fibra óptica, que si incluyo los cables de telefonía, con sus doscientos pares (cuatrocientos ocho cables) divididos en sus códigos de colores, metidos en cintas de seda que paradojas de la vida los callos en los dedos no facilitaban su manejo, y si además añado los cablerones de electricidad de una muñeca de gruesos y de a kg. el medio palmo, entonces el contraste es más acusado… Y no digamos la Alta Tensión… Pero no voy a entrar en más detalles técnicos. Sólo lo menciono para reconocer uno de mis puntos débiles.

El otro es no poder transportar escaleras manuales de más tres metros de altura y veinticinco kg. de peso en posición vertical al hombro, sean de madera, aluminio o fibra de vidrio (afortunadamente para mí, el material más pesado, la madera, está cayendo en desuso, frente a los otros dos, que me manejo mejor… pero no tanto como quisiera o se me exige como mínimo). Para todo lo demás, bueno, me defendía más o menos bien… en conocimientos, interpretación de planos, límites, medidas y demás.

A todo ello añado el independizarme, algo que me alegré mucho en su día, pues llevaba más de veinte años esperando, pero que al estar en paro, ha tomado un cariz bastante distinto.

En efecto. Mi desánimo es general. Mi desilusión completa. Y no tengo apenas esperanza de cambiar a mejor por mí mismo. Soy como un montonazo de ladrillos desperdigados, romos por el desuso (espero se note la paradoja), sin cemento sólido para unirlos, olvidados en un callejón de mala muerte…

Estar en paro es una enfermedad social, los parias occidentales a los que señalan con el dedo por la calle y casi se les lincha, de no ser por el detalle de que a cualquiera le puede tocar (excepto funcionarios, enchufados o disponer de “contrato blindado” con “despido dorado”, porque ser imprescindible ya no tiene sentido en una época en que cualquier empresa puede cerrar), y sólo un mínimo de empatía, humanidad o simple convivencia puede evitar que dicho linchamiento se lleve a cabo… en ambos sentidos.

Porque los síntomas son vergüenza, inutilidad, resignación forzada que pasa a ser propia, desgana, atonía, autoestima inexistente, que provoca no atreverse a mirar a la gente a los ojos, irritabilidad fácilmente inflamable y de cada vez más difícil contención ante prosperidades ajenas, cercanas o lejanas, sobre todo si son inmerecidas, lo que lleva a convertirse en un misántropo eremita socialmente reprimido que rehúye el contacto con la gente, familia, amigos, conocidos y vecinos.

Todo esto conduce a una tristeza sorda, falta de disciplina, de ilusión, de proyectos que calen en el ánimo y le hagan motivarse en su día a día…

Y esto siempre y cuando no mermen sus ingresos de forma significativa, porque entonces esos conflictos internos suben como la espuma; más aún si otras personas dependen de esos ingresos… Algo que, por fortuna y de momento, no he llegado a eso…

Pese a ser un cuadro muy habitual, no por ello es menos dramático y doloroso.

martes, 12 de julio de 2011

BALADA PARA ADELA.

 

Mañana soleada y festiva,1272295311_45815387_1-Fotos-de--se-busca-profesora-o-persona-que-prepare-coreografias-para-grupo-de-flamenco-1272295311

degustando a desconocido,

escribo un signo social de vida

en un anfiteatro marino.

 

Princesita de agua en escayola,

tus columnas recias de alabastro

orientan a un pueblo que enarbola

intenciones, pero no atentados.

 

El paciente océano te anima

sin que el seco cansancio gremial

agriete tu engarzada sonrisa

ni tus pies calzados en cristal.

 

En mi honda sima de aguas raras

repleta de corales nocturnas

cayó arriba una gota helada...

¡Ay, qué alud a la luz de la luna!

 

Ay, Adela,

cómo llegas.

A Poseidón, abismo del mar,

dí mi vela,

y ahora, navego en tinta a ciegas.

 

Margaritas en ambos tobillos

se deshojan al ritmo del tango,

y entre tus manos, el carboncillo

bosqueja el ocho echado del mambo.

 

Pasodoble en el ruedo sin toro,

rock’n’roll de aspas dicharacheras,

con el cha-cha-cha llegó el decoro

de podar la vid de la pareja.

 

Aguas bien lodosas y elegantes

enturbian en sus redes de aguja

el marfil tallado que aceptaste,

a cambio de tu voz, a la bruja.

 

Alpes serviles, y vuelta al mar;

un cauce de arroz y castañuelas

disuelve mi ataguía de sal

que un rey ya tendió a tu ciudadela.

 

Ay, Adela,

cómo llego.

En mi noche, la gigante roja

con su estela

gira en torno a su agujero negro.

 

De ermitaño, ayuno entre arañas

que tejen moho en el tragaluz.

Tras cantar al cuerpo una semana

asalto la inversión de la cruz.

 

Más eslabones forjados hoy

alargan el corazón de palabras.

Pues, como fragua en polvo que soy,

ésta es mi maldición... de oro y plata.

 

Ay, Adela,

cómo nos vamos.

Tú a la orilla norte, yo a la sur.

Centinela,

ya puedes cerrar. Ya viene el amo.

 

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sábado, 9 de julio de 2011

Para Leer Despacio: “Danza para mí”

De la misma manera que afirmé en su día y sin pudor alguno que soy muy sensible a la lencería íntima femenina, hoy sublimo mi ardor visual por una danza íntima... a pesar del calor que hace, o precisamente a causa de él.

Bailar es lo primero que viene a las mentes de los demás, pero no ahora a la mía.

Bailar es moverse al ritmo de la música en pareja, a dúo. Y también en grupo, dependiendo del baile.

Pero danzar es mover el cuerpo para expresar algo: elegancia, misterio, lejanía, atracción, deseo, energía, incluso tristeza... Algo que debería estar integrado en la vida cotidiana, y más si se vive en pareja.

Y las mujeres parece que tienen ese arte “grabado” en sus genes. Con un poco que practiquen, ya despiertan todo ese tremendo potencial seductivo, concentrado en su mayor parte en… ¿adivinan dónde? exacto, las caderas.

Eso que nos ganan a los hombres, además de en algunas otras cosas.

Yo me he visto "danzar" en un vídeo, y no doy pena, no; doy grima. Un oso baila mejor que yo.

"Nueve semanas y media", "Abierto hasta el amanecer", "Gilda"... fueron despertares por esta sensación visual y musical nunca satisfecha del todo.

Claro que… se puede argumentar que, de esto, uno nunca tendrá suficiente.

Pero debo ser muy sibarita y tradicional, puesto que también sueño con una hermosa odalisca de Oriente medio, turca, egipcia, israelí, libanesa... cargada de sedas y pedrería, melena negrísima, densa, miradas que enganchan, sonrisas veladas,  interpretando una danza del vientre o de las caderas que culmine en un desnudo casi integral.

Pero por más que busco en internet "versiones" amateur de las mencionadas obras cinematográficas, además de "bellydancers" que enseñen sus atractivos cuerpos al final de un numerito, no encuentro apenas vídeos donde se den ambas cosas: danza profesional, o casi, con desnudos eróticos y encuentros sexuales al terminar.

Será que son campos incompatibles. Una danzarina profesional, que entrena duro para ganar premios, no arruinará su carrera por mostrar sus encantos íntimos en público. Y una actriz X no se va a molestar en aprender a danzar para aportar algo propio en su “arte”, si le basta con enseñar chicha. Además, las películas XXX no priman eso…

En cualquier caso, disfruto mucho viendo vídeos como estos:


Ansuya




Y estos…
Felix Cane
Jenyne Butterfly

Lo común en todos ellos es la dedicación exclusiva de sus protagonistas. Mucho, muchísimo entrenamiento, talento y sensibilidad tal que, fuera de competiciones y en grabaciones espontáneas, subliman mucho a los espectadores…

Esto no quiere decir que no disfrute de ver una danza de una chica normalita, con sus limitaciones, sus tics y sus adorables timideces. Las gorditas tampoco se libran:






Y sobre música, ahora mismo me viene a la cabeza que lo mucho que en su día me llamaron la atención Papa Levante y su “Me pongo colorada”, y me quedé con sus suaves ondulaciones de brazos y manos durante toda la canción como nota máxima, ayudados por las ondulaciones de las caderas.

Por supuesto, una moraleja analítica y a la vez calenturienta de todo esto, es sentir todos esos movimientos cuando estoy “dentro” de ella… Supongo que será programación genética, o algo así, pensar que una mujer que es capaz de danzar así, será capaz de engendrar una buena descendencia, y que por eso lo tengo entre ceja y ceja.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Para Leer Despacio (PLD): Expresiones de amor graduado.

Debería existir una serie de términos que expresen tanto el nivel como la necesidad de trato que se tiene, se propone y se desea. Una escala métrica de atracción verbal. Expresiones que sean más o menos inequívocas en cuanto al grado de atracción que se experimenta.

Creo que ahora, con internet, donde las relaciones se hacen y se deshacen con mucha frecuencia, quizás demasiada, es algo que se echa en falta, aunque no se diga en voz alta.


A continuación propongo una lista, a la que se pueden añadir otras enmedio, o cambiar de lugar según las preferencias de cada cual.

No quiero decir que para que se dé una se tienen que cumplir categóricamente todas las anteriores, pero creo que puede ayudar bastante.

Ojo: dada la progresión logarítmica de implicación personal, aplicar sólo en futuribles relaciones de pareja.

Ahí van, de menor a mayor, o bien, de la más liviana a la más fehaciente, como queráis.

"Eres del montón, y como tal, te respeto".

"Me llamas la atención".

"Tus palabras, razonamientos, cultura, experiencia... me interesan".

"Siento curiosidad por tí".

"Me haces reír".

"Quiero conocerte mejor".

"Te aprecio".

"Me siento a gusto contigo".

"Quiero contar contigo".

"Me enamorisco de tí".

"Quiero follar contigo".

"Me gustaría que nos abrazáramos".

"Quiero dormir contigo".

"Quiero estar contigo" (ésta se puede sustituir por "Necesito comprometerme contigo").

"Quiero tener sexo cariñoso y largo contigo".

"Te quiero".

"Te amo".

En esta última se incluirían sinónimos como "daría mi vida por tí", " todo lo mío, incluso mi cuerpo, es tuyo", "no puedo vivir sin tí", "toma mi aire porque se aprovecha mejor", "me duele que estés lejos de mí"... y otras tantas expresiones que sólo los que están en este grado emiten, sin importarles la presencia ajena ni la ridiculez en la que quedan...

Entre dos medidas continuas, las líneas de división pueden difuminarse, e incluso saltar una o dos posiciones. Pero de lo que sí estoy seguro es que, de la primera "eres del montón y como tal te respeto" a la última, "te amo", hay un trecho muy claro, que incluso una máquina o un animal irracional podrían admitir, que convendría marcar con mojones permanentes e inamovibles...

También existe una escala inversa, referente al odio, pero en ésa no me meto ni quiero imaginármela.

viernes, 4 de febrero de 2011

Soy un peón.

Peon

No un rey, ni un alfil, ni una torre, ni un caballo.

Soy un peón.

Sacrificable, con poquísimo margen de maniobra, individualidad disminuida (nuestra fuerza reside en el número) y movimientos muy limitados.

Por tanto, no tengo amenaza a mi disposición de largo alcance, como el alfil. No tengo la potencia directa y blindada de la torre. No tengo la agilidad saltadora ni imprevisible del caballo. Ni por supuesto la movilidad y peligro de la reina, ni el privilegio de la constante defensa del rey, cuya vulnerabilidad es clave en toda la partida.

Soy un peón.

Mis matemáticas son sencillas. Ocupo una casilla, y sólo tengo alcance para la siguiente, o bien protección y amenaza para las laterales siguientes. Puedo ocupar una casilla clave, pero entonces mi fuerza reside en ser un obstáculo para el contrario, y una pieza prescindible y de poco valor para el propio bando. Nada más.

Soy un peón.

Y en la vida, también me reconozco un peón.

Mis limitaciones de conocimientos, de formación, de oportunidades, de influencias… son evidentes. Como a un peón de ajedrez, cuando es mi turno de sacrificio, no hay apenas trauma para los de mi alrededor. La partida continúa sin mí, pese a que en mi fuero interno me gustaría que no fuera así. Que mi salida de la partida signifique que, para mi bando, es la perdición irremediable. Pero no. La partida sigue.

Fuera del tablero, me reúno con otras piezas sacrificadas, y espero a la siguiente partida, que no sé si sucederá, con lo que estamos todas momificadas.

Pero… si en alguna partida llego a la meta, me convierto automáticamente en reina. O en torre, o en alfil. Y a eso es a lo que aspiran todos los peones. El problema es que esas milagrosas conversiones son una lotería. Y al que le toque, que le vaya bien. Pero a los que caigan en el camino, se quedan fuera, depauperados, abandonados, disminuidos. Que dicho sea de paso, son la inmensa mayoría, por inmutable estadística.

Todos los peones deberíamos ser los reyes en nuestras casillas. Porque no tenemos más a nuestra disposición.

Pero cuando miro alrededor para tomar fuerzas, y veo que el rey es un cobarde que huye de su propia sombra, la reina una bella ligerísima de cascos que se arrima al ganador sin el menor pudor, los alfiles unos fanáticos de sus propios colores en diagonal, los caballos saltando hacia donde menos molestias les provoquen, y las torres haciendo negocios miserables con sus prebendas y privilegios, entonces yo, el peón, me quedo sin guía, sin motivo de ser ni de luchar ni de avanzar.

Enfrente tengo a otro peón del bando contrario en la misma situación, que paradójicamente nos bloquearíamos el camino si estamos en casillas vecinas. sin poder decirnos ni mú, frente a frente, hasta que uno de los dos volemos por los aires. Probablemente me aliaría con él de buena gana. Pero si pudiera llevar a cabo esa alianza ya no seríamos peones, y además saltarían por los aires todas las reglas en las que se basan las ganancias y privilegios de los demás potentados, tanto de uno como de otro bando… ganancias y privilegios basados en parte en el sacrificio masivo y constante de los peones.

Pero soy un peón, y a pesar de nuestra masiva existencia, de nuestro gran número, muchos de esos peones no quieren pensar en sí mismos como peones, porque sería humillante e inaceptable. Y ahí es donde reside mi debilidad. Y las altas figuras lo saben, y lo fomentan, y se aprovechan de ello.



viernes, 28 de enero de 2011

Para Leer Despacio: Tristeza pública.

Normalmente mis tristezas y malos ratos los paso en privado. Pero hoy no. Hoy quiero volcar aquí el barril de denso, grumoso y maloliente aceite que se llena cada cierto tiempo.

Empieza poquito a poco. De forma imperceptible, ya que si lo notara, me pondría en guardia al momento, con las romas e imperfectas armas de que dispongo.

Crece, se retuerce, colándose poco a poco entre mis entrañas, como un gusano de plomo que se apodera de ellas y las exprime latido a latido.

Y cuando ya ha crecido mucho, ha completado su ciclo de vida parásita, entonces se suelta entre abundantes líquidos y dolores varios…

… pero no antes de dejar el huevo para el siguiente, ahí, recóndito, escondido, imperceptible.

gusano

 

Cualquier cosa que mire, cualquier cosa que haga, cualquier iniciativa que tome está empañada, robotizada, disminuida, ajena a mí.

De la misma forma que existe la luz, debe existir la sombra, sí. Pero lo que siento ahora no es ni una cosa ni otra. Y muchas veces me siento bloqueado, incapaz de tomar una dirección, porque la niebla gris que me rodea es sólida, pese a que no pueda tocarla.

hombre-triste

 

“Noviembre es un mes tristísimo”, empezaba Marina Mayoral uno de sus más emotivos artículos. Calaron muy hondo en mí lo que venía a continuación. “¿Esto significa que los novembremvinos (nacidos en noviembre) somos tristes…?” me pregunto cada vez que estoy así y evoco lo que me despertó ese artículo.

En fin… esto es todo por hoy. Gracias por ser partícipes y leerme. Mañana más (y espero que mejor).

jueves, 23 de diciembre de 2010

Para Leer Despacio: La sombra.

Es la primera propiedad que tenemos todos nada más nacer, algo de uso y disfrute personal exclusivo del bebé.

Es lo primero que el bebé, lo suficientemente crecido como para tener la boca de aprendizaje abierta, capta como suyo. Nada más nacer, las tinieblas ya le han enviado el recuerdo de su existencia, del que no se separará nunca más. Y le dedica los primeros y últimos instantes de su vida a ver cuán suyo y aburrido es ese contorno oscuro que su cuerpo dibuja contra la luz. A partir de ese momento, formará parte de él, cada vez más hundido en su subconsciente. Los nublados momentos en que le falte su compañía no lo notará abiertamente, pero el desasosiego aumentará, imperceptible, llegando en ocasiones incluso a invadir su ánimo, sin averiguar el porqué.

La película ya está en marcha, y no parará hasta que el dueño se sumerja, otra vez y de forma definitiva, en la oscuridad. El rodaje se toma cortos descansos; pero en cuanto hay una vivencia, por mínima que sea, se reanuda. En la íntima cámara de revelado y composición de nuestra memoria, es testigo mudo e indiferente de nuestra selección de experiencias vitales.

Puede llegar a ser el último empujón de un suicida inspirado: hasta mi sombra es negra, el color de la amargura y de la desesperanza.

Puede ser también el motor de un hábil plasmador: simplemente con reflejar las sombras de un paisaje, se intuyen sus colores.

Es parte de la esencia de las fotografías, casi la principal en las de blanco y negro.

Es el falso reducto de un ermitaño dolorosamente forzoso de la ciudad: mi sombra siempre me acompaña, nunca me traicionará. Aunque no capte que la traición viene de otras direcciones, en los momentos en que lo invade todo y lo rodea como un violador fantasma.

Es objeto de culto de muchos fetichistas: sueñan con la sombra, no con el cuerpo.

Es punto de referencia en el argumento del cine negro; el director o guionista que lo usa, o es muy capaz y prestigioso (en algún caso, llega a ser incluso su tarjeta de visita), o es un inepto pretencioso que no sabe combinar sus recursos.

Es copia barata en dos dimensiones de nosotros, traicionera, inexpugnable y directa. Puede que hayan mundos en que los seres sean de dos dimensiones, y sus sombras de tres, siendo éstas últimas las que controlen a sus dueños.

Están en perpetuo movimiento, tanto en los seres móviles como en los inmuebles, en los vivos como en los inertes, ya que, si no es el propio ser el que se mueve, sí se moverá la fuente de luz.

Si Dios fuera la luz, si Dios fuera el punto inexistente desde el que irradia toda luz absoluta, no es de extrañar que se mantenga en su eterna postura de que todo lo que ha creado es bueno, pues lo malo se oculta eternamente a su vista, detrás de la materia opaca de su creación, huyendo astutamente de su presencia.

Es parásita: chupa de nuestra radiante felicidad y permanece en su indiferente bastión cuando hay dolores que compartir. La tristeza suave, la melancolía, suele ser su aliada.

Es la discreción, la fidelidad y el silencio no reconocidos ni apreciados en lo que valen hasta que desaparece.

Es uno de los numerosos objetos de juegos de los niños: pisar sólo zonas sombreadas hasta que caen en la cuenta de que siempre pisarán sombra.

Es la sutilidad como arma seductora, predominantemente femenina, ya que realza encantos y disminuye fealdades.

En astronomía, la sombra tiene escala de medidas.

¿Sombra o silueta? He aquí la cuestión.

viernes, 16 de julio de 2010

Iconos cálidos Para Leer Despacio: APOCALYPSE NOW.

AVISO: Entrada larga y muy profunda, sincera y erudita.


Hacía ya tiempo que me rondaba la cabeza esto: Dedicar una entrada a esta grandiosa película de guerra que cuando la vi por primera vez, me impactó mucho. Hasta ahora, la sección "Iconos cálidos" de éste mi humilde blog se centraba en personas, pero hoy rompo la norma y la dedico a una obra.

Así siento un pequeño precedente, abriéndome a cosas aparentemente inanimadas.